Momentos de Aprendizaje para Mamás: Devociones para Descubrir a Dios en lo CotidianoMuestra

Oh, es la batalla diaria de ponerse los zapatos. En lugar de ir por sus súper fáciles zapatos de velcro, mi pequeña descubrió sus zapatos negros de hebilla, en la parte posterior del armario, donde los había escondido.

"No mami, no me ayudes! ¡Lo puedo hacer yo sola! ”, ella agita sus manos hacia mí para mantenerme alejada. Suspiro, retrocedo y cambio el pañal del bebé en la otra habitación. Escucho el silencio que viene con ella centrándose en una tarea. La oigo suspirar de frustración, ahora hay gruñidos.

Inevitablemente sigue la pisada de los pies, y finalmente ella grita: "Mami, ¡no puedo hacerlo! ¡Necesito ayuda!” Entro en la habitación, tiene el pie equivocado a medio camino metido en un zapato, el pelo despeinado y las mejillas rojas.

Doy un paso tentativo hacia ella, en la forma en que uno se acercaría a un animal salvaje, "Puedo ayudarlo."

“¡No!” ella grita, “¡No lo toques! ¡Puedo hacerlo!” Doy un paso atrás. "Necesito ayuda." gime con desesperación, arrojando un zapato al suelo con frustración. ¡Esto realmente es una tragedia dramática en ciernes!

“¿Estás lista para recibir ayuda ahora?” Pregunto antes de acercarme.

"Sí," ella finalmente concede, derrotada. Trabajamos juntas para ponernos los zapatos, y todo está bien...hasta mañana, cuando haremos todo esto de nuevo.

LEER

Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra. Mantendré abiertos mis ojos, y atentos mis oídos a las oraciones que se eleven en este lugar. 

2 Crónicas 7:14-15 (NVI) 

APLICAR

Amamos nuestra independencia, y hay pocas cosas más satisfactorias que poder hacer algo por nuestra cuenta. El problema surge cuando nos negamos a aceptar que no somos capaces de manejar ni siquiera las pruebas más pequeñas que la vida nos lanza sin la ayuda de Dios. De la misma manera que no puedo entender por qué mi hija no me deja simplemente ayudarla, Dios está expresando la misma pregunta en estos versículos. 

Él nos está diciendo que Él tiene todas las respuestas, toda la capacidad y el deseo de ayudarnos sin importar la situación. Sin embargo, miramos hacia otro lado y nos frustramos cuando no podemos lograr los resultados deseados por nuestra cuenta. Él está esperando que rindamos el control para que pueda intervenir y sanar nuestros corazones y nuestra tierra. La clave es humillarnos y asumir la responsabilidad por el papel que hemos desempeñado en el problema, confesar el pecado. Cuando hacemos eso, Dios se apresura a actuar en nuestro nombre.

ORAR

Padre, gracias por la promesa de que escucharás mis oraciones y que estás dispuesto a ayudarme. Dame la humildad de recurrir a ti en mi momento de necesidad, negándome a ceder a la mentira de que soy capaz de salir del pecado por mi cuenta.

REFLEJAR

¿Cómo puedo humillarme en la presencia de Dios hoy?