Si Dios es soberano, ¿por qué orar?Muestra

Orar es un privilegio

Muchos cristianos tienen un duro tiempo de oración porque ellos no entienden que orar es un privilegio. En oración nosotros venimos a estar en acuerdo con el Creador del Universo concerniente a nuestras vidas. Orar no es acerca de hacer cambiar la mente de Dios, se trata de hacer que nuestras mentes y corazones estén de acuerdo con él. Así que la meta de la oración no es imponer nuestra voluntad a Dios. Nosotros estamos orando de una manera que está de acuerdo con su voluntad y observa cómo trabaja a través de los medios que él ha ordenado hacer lo que él ha determinado realizar.

Es por eso que se nos instruye a orar en el nombre de Jesús. Estamos orando de acuerdo con la verdad de Dios, su Palabra, su carácter y su voluntad. Hay una gran seguridad en tal oración. Las Escrituras nos dicen que, si pedimos algo de acuerdo con la voluntad de Dios, lo tendremos. El mismo que tiene toda la sabiduría, todo el poder y está siempre presente nos ha invitado y nos ha mandado que acudamos a Él con nuestras peticiones. Él promete responder a nuestras oraciones.

Entonces no estamos tratando con alguien que no nos escucha. Él nos escucha. No estamos tratando con alguien que no puede hacer nada por nuestras peticiones. Dios tiene todo el poder. No estamos tratando con alguien a quien no le importe. El Señor nos ha ordenado que vayamos a él. La soberanía de Dios debe alimentar nuestra vida de oración. Es una alegría llegar a un acuerdo con el Creador del Universo que se preocupa por nosotros y tiene su mejor voluntad para nosotros. El Dios soberano nos ha ordenado que acudamos a Él con nuestras peticiones y nos ha prometido trabajar a través de ese proceso.

En la oración, tenemos al Dios todopoderoso de nuestro lado. Las Escrituras nos prometen que cuando Dios está por nosotros, nadie o nada puede oponerse a nosotros. Nadie en este planeta es más fuerte que nuestro Dios. Ninguna necesidad es demasiado grande para que el Señor la supla. Ninguna petición es demasiado difícil para que él la conteste. Dios quiere que acudamos a él y pidamos lo que necesitemos para que él pueda proveernos de acuerdo con Sus gloriosas riquezas. Cuando entendemos que venir a Dios en oración es un privilegio, lo haremos todos los días con gran alegría.