A prueba de tormentasMuestra
Inmediatamente después del milagro de los panes y los peces, Jesús obligó a los discíplulos a subir a la barca y cruzar el mar de Galilea.
Los discípulos habían estado luchando con una feroz tormenta por más de 12 horas y sus opciones para un viaje seguro a su destino se habían terminado. Cuando Jesús estuvo en comunión con el Padre en la montaña, tal vez estaba orando por este grupo de doce discípulos que había escogido. Quizá el esperaba que este grupo de hombres que insistían en caminar por vista y no por fe hubieran aprendido una lección o dos para ahora. Tal vez estaba esperando que recordaran las palabras que había hablado la última vez que estuvieron atrapados en mitad del mar por una agitada tormenta: "¡Silencio! ¡Cálmate!" (Marcos 4:39).
Las tormentas tienen una tendencia de ir al corazón de nuestros problemas y sacar a la luz ya sea dudas y decepciones o fe y esperanza. Estos discípulos iban directo en camino de está particular tormenta sencillamente porque obedecieron a Jesús. Estaban ahí por dirección divina. El Señor los había puesto en el camino de esta inmensa y mortal tormenta. No hay tormenta en este lado del cielo que sea una sorpresa para Aquel que hizo los vientos y las aguas.
Los discípulos en esta pequeña barca estaban a más de tres millas de distancia de la seguridad de la costa de donde habían zarpado. El ojo natural es incapaz de ver a tres millas de distancia, especialmente con el desafío de vientos tormentosos y torrentes de lluvia feroces. Aún, a pesar que los discípulos no podían ver a Jesús, ¡Él podía verlos a ellos!
Cuando Jesús vio que los discípulos tenían miedo, Él no los corrigió, tampoco los disciplinó, los animó. Aun así, Jesús no calmó la tormenta. La tempestad continuó fuera de control y creaba una monstruosa amenaza para su vida. De esa misma manera, antes de que Jesús lidie con la tormenta de tu vida, Él primero confrontara tus problemas de miedo, ¡Jesús ha venido a ti en la tormenta para darte Su valentía!
Amigo, debes saber que, en medio de tu furiosa y brutal tormenta, Jesús vendrá a ti. Quizá no lo reconozcas al principio, pero Él vendrá, porque ha prometido que nunca te abandonará ni te desamparará.
Escrituras
Acerca de este Plan
¿Estás tú—o alguien que amas—sufriendo de un trauma o planes que han sido arrastrados, relaciones que han sido desagairradas o seguridad que ha sido devastada? En lugar de ser destruido por esta tempestad, ¿qué tal si permites que el disturbio aumente tu capacidad de crecer rápido y cumplir tu destino en Dios? Después de profundizar en la Palabra de Dios, ¡hay una exitosa manera de ser a prueba de tormentas!
More