A prueba de tormentasMuestra

¿Alguna vez has estado en una tormenta creada por las acciones o acusaciones de otros? Algunas tormentas parecen extremadamente injustas, decididamente inmerecidas o bastante injustificables. Pablo, el gran campeón del Evangelio de Jesucristo, se encontró en medio de tal tormenta.

Pablo había sido arrestado por obedecer el mandato de Jesucristo y predicar el mensaje esperanzador de Salvación. Después de haber hecho su defensa ante el rey Agripa y el gobernador romano Festo, Pablo fue enviado a Roma porque había apelado a César. Lo colocaron en un barco, el medio de transporte más rápido de la época para viajes de larga distancia, junto con otros prisioneros que iban a ser enviados a Italia.

No pasó mucho tiempo en el viaje antes de que el barco chocara con vientos que eran "contrarios". Este velero tomó la sabia decisión de buscar refugio en la costa de Chipre. Chipre es una isla en el lado este del océano Mediterráneo. En lugar de dirigirse a mar abierto cuando las condiciones de navegación eran tan inestables, el barco se acercó a la costa del lugar más seguro que pudo encontrar.

De la misma manera, cuando vientos contrarios arremeten contra nuestro viaje en la vida, una de las primeras y más importantes cosas que debemos hacer es discernir el lugar más seguro posible hacia el cual navegar en busca de refugio.

El único refugio que te protegerá de los vientos de las circunstancias negativas y de los vendavales del trauma es el refugio de Jesucristo. Todos sabemos que nuestro único lugar verdaderamente seguro es Jesús, pero ¿elegimos refugiarnos allí? ¿Eliges a Jesús cuando tu vida navega a través de vientos peligrosos y aguas peligrosas?

De todas las elecciones que puedes hacer en una coyuntura de circunstancias feroces o trato hostil de otras personas, elige el lugar más seguro para esquivar la tormenta. Las emociones no tienen poder salvador, el materialismo solo te engañará y las respuestas culturales prevalecientes simplemente te darán una falsa sensación de seguridad. Por lo tanto, elige sabiamente y elige rápidamente, elige el verdadero Refugio. Su nombre es Jesús.