A prueba de tormentasMuestra
Hay temporadas en la vida en las que las condiciones parecen ir de absolutamente terribles a completamente debilitantes. Tal era la situación en la que Pablo se encontraba en medio del mar Mediterráneo.
Habrá momentos en los que serás incapaz de controlar los eventos que se precipitan rebeldemente en tu vida. Durante esos momentos, mientras saboreas la salinidad del miedo y te aferras a cualquier cosa que parezca estable, recuerda siempre que tienes un Ancla.
Tu seguridad se encuentra en aferrarte a una relación con Jesucristo. Cuando el agua salada de las circunstancias te deje un regusto viscoso en la boca y cuando el mundo que te rodea sea amenazante e inconsistente, encuentra tu Ancla y deja que Él te sostenga en medio de las aguas incontrolables de tu vida.
En medio de la gran tempestad que experimentaban Pablo y sus compañeros de viaje, “comenzaron a arrojar la carga por la borda” (Hechos 27:18). Cuando esa decisión no aligeró su carga suficientemente, “con sus propias manos echaron por la borda los aparejos del barco” (versículo 19).
La desesperada tripulación no tuvo más remedio que tirar toda la carga que no era necesaria para salvar su barco o sus propias vidas. ¿Qué cambios necesitas implementar para mantenerte alejado de la costa rocosa hacia la que estás siendo arrojado y salir ileso de la tormenta? ¿Qué sería necesario que deseches de tu vida?
Pablo, que había soportado tanto por el evangelio de Jesucristo, les dijo a estas personas asustadas y anegadas: “¡Ánimo!”. Pablo no se sentía amenazado por la tormenta ni tenía miedo de ella, estaba más consciente de la fuerza de Dios que de su propia debilidad.
¿Dónde encuentra coraje una persona cuando el viento aúlla y la visibilidad es casi nula? ¿De dónde viene el coraje cuando un hombre o una mujer común y corriente se encuentra en medio de un aguacero de desilusión o un diluvio de desesperación? ¿Dónde está el coraje en ese momento?
Oculta en las palabras de Pablo hay una corta frase que contiene la clave para una vida valiente: “Porque yo confío en Dios...” (versículo 25).
Somos los hijos del Rey de los siglos, y Él nos ha dado Su Espíritu Santo para que podamos elegir ser valientes incluso en la tormenta más feroz o en el fuego más ardiente.
Escrituras
Acerca de este Plan
¿Estás tú—o alguien que amas—sufriendo de un trauma o planes que han sido arrastrados, relaciones que han sido desagairradas o seguridad que ha sido devastada? En lugar de ser destruido por esta tempestad, ¿qué tal si permites que el disturbio aumente tu capacidad de crecer rápido y cumplir tu destino en Dios? Después de profundizar en la Palabra de Dios, ¡hay una exitosa manera de ser a prueba de tormentas!
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