«YO SOY el Juez de la humanidad entera»

La labor de un juez es juzgar, ve las pruebas, analiza la situación y establece una sentencia. Primero debemos ver que el juicio es contra aquellos que dicen conocer a Dios y ser seguidores fieles de Dios. 

Por ahí empieza su juicio, porque el sacerdote, el líder religioso, tiene la tarea de enseñar quién es Dios, pero hoy, se ha dejado esa misión y se promueven a sí mismos, aquellos que diciendo que son seguidores de Dios, promueven que los sigan a ellos, no están enseñando la Palabra de Dios sino sus propios pensamientos. 

El enojo de Dios va primero hacia su gente. Segundo, su juicio es a todas las naciones, porque habiendo dado instrucciones claras de cómo podíamos vivir bien, nos empecinamos en vivir bajo nuestros parámetros, y no bajo los parámetros de Dios. Tal como lo dice en Eclesiastés 7.29 «Dios hizo perfecto al género humano, pero éste se ha buscado demasiados problemas».

La sentencia ya esta, para toda la humanidad, Dios los dejará que se juzguen a sí mismos, como lo dijo Jesús: Yo no juzgo a nadie. Nosotros nos juzgamos a nosotros mismos, porque los parámetros de Dios están puestos en su Palabra, si no vivimos de acuerdo a lo que está escrita en ella, es decisión personal, pero seremos medidos.