«¿Acaso soy Dios solo de cerca? ¡No! ¡También a la distancia soy Dios!»

Este pasaje en su contexto nos previene que hay muchos mensajes que circulan a nuestro alrededor, pero no son de Dios, ni los mensajeros son servidores de Él.  

Fácilmente muchos pueden levantarse y llamarse profetas de Dios sin haber recibido ningún mensaje de Dios. El texto nos anuncia que muchos de esos que se llaman a sí mismos profetas, ni siquiera se reúnen con Dios para escuchar sus mensajes, se atreven a decir mensajes de parte de Dios haciendo que el pueblo se desvíe de Dios. Pero de inmediato Dios nos recuerda, Dios es Dios aquí, hoy, ayer, mañana.

Su poder no termina, y esas personas recibirán su merecido porque han desviado al pueblo de seguir a Dios de cerca, para que los sigan a ellos; han hecho que el pueblo se desvíe del buen comportamiento para seguir sus malos comportamientos.

Quien es Dios para ti, lo sigues a Él, la mejor forma de cerciorate de que realmente lo sigues a Él y sus caminos es a través de Su Palabra, nadie podrá engañarte si la lees y dejas que te hable.