El libro de Jeremías presenta la trama del profeta, a quien Dios llama desde niño, para hacerle ver a los líderes religiosos y políticos del pueblo, que se habían desviado del camino correcto por seguir sus propios deseos.

Jeremías sufre por causa de su mensaje, es rechazado, y encarcelado varias veces, son los paganos que conquistan Jerusalén los que lo salvan y le dan un pequeño descanso.

En el mensaje de este libro, Dios se revela para ser conocido por el pueblo a través de una predicación que va en contra de la corriente. El texto por estudiar es la primera expresión que dice Dios de sí mismo:

«Él es una fuente de agua viva»

Es la fuente que nos quita la sed, es el manantial que satisface nuestras necesidades.  Jesús, junto al pozo en el camino a Samaria, cuando hablaba con la mujer samaritana, le dijo: «El agua que yo te daré será una fuente de agua que fluye para vida eterna.» Juan 4.14.

Jesús, Dios que se hizo carne y vivió entre nosotros, se presenta a sí mismo como la fuente de agua viva: Dios es la fuente donde podemos encontrar el agua para vivir, para tener vida. Que el día de hoy dejes que esa Fuente de agua viva llene tu sed de Dios.