[Serie El amor de Dios por nosotros] Cuando un ser querido sufreMuestra

El Señor entiende tu ira

Cuando has dedicado días, semanas, meses y años a cuidar a tu ser querido y llegas a la impotencia de no saber qué más hacer para que esté mejor, esa impotencia puede transformarse en ira. La ira es un sentimiento descontrolado de dolor, angustia, desesperación e impotencia ante algo que sabes que no puedes controlar ni cambiar. Pero lo que debes tener en cuenta, es que esa ira no te gobierne. Por eso es necesario identificarla a tiempo y manejarla.

Seguramente como familia, han realizado todas las consultas posibles a los especialistas médicos que han estudiado el caso de tu ser querido. Es probable que hayan tratado de llevarlo a los hospitales especializados con los mejores equipos médicos. Pero siguen recibiendo la misma respuesta, «ya no podemos hacer nada más. Es mejor que esté los últimos días con su familia». Quieres aferrarlo a la vida, pero parece imposible ganar un día más.

Ya no te quedan ideas, has usado todas las posibilidades y todo el dinero que tenías. Parece un túnel sin salida. Todo ese sentir se refleja en ira contra el mundo, contra la vida, contra ti mismo. Pero hoy te invito a recordar que Dios siempre ha estado contigo. Que ha tomado tu mano y te ha sostenido. No te ha abandonado, sino que sostiene tu mano. La ira no es mayor a Dios. La impotencia no es mayor a Dios. El Dios que todo lo puede, está contigo y te sostiene. El Dios que te ama está contigo y te da salvación, porque es tu herencia eterna. 

Ningún otro lugar puede darte tanto consuelo y paz en medio de la impotencia e ira. Recuerda, que mientras más tranquilo te encuentres, podrás apoyar mejor a tu ser querido. Aferrarte a encontrar una salida que sabes que no existe, te desgasta y distrae de valorar los últimos momentos con él. Es mejor descansar en el Señor, recibir su consuelo y fortaleza, enfocarte a darle los mejores momentos. Después de todo, tú decides si esas emociones te distancian de tu ser amado o te acercan más. Suelta esa carga en Dios, quien realmente tiene gobierno sobre la vida de tu ser querido. Descansa en él, que él hará. 

Palabra de confianza de parte de Dios

Pero Dios es mi herencia eterna y el que sostiene mi corazón.