[Serie El amor de Dios por nosotros] Cuando un ser querido sufreMuestra

El Señor oye tu llanto

Cuando el salmista escribió el Salmo 6, tenía su corazón lleno de dolor y angustia. Su llanto era la mejor expresión de su estado emocional. A veces pensamos que solo nosotros atravesamos por situaciones de crisis. Pero en realidad, por muy difícil que sea la situación de enfermedad de nuestro ser querido, no nos encontramos solos en medio del dolor. Así como el salmista acudió a Dios, tú también puedes hacerlo.

Puedes llegar a Dios cada día en oración, sabiendo que él te oye. Que nada puede impedir que tus oraciones y lágrimas lleguen a su trono. Así el dolor sea tan profundo que tus lágrimas mojen tu almohada toda la noche, como sucedió con el salmista, tienes la seguridad que él te oye. Porque la Palabra dice que él oye al que acude por su cuidado y por su consuelo. La inminencia de la muerte trae un dolor profundo, pero Dios nos da esperanza porque acepta la oración, escucha los ruegos y no nos abandona en medio del dolor.

Tal vez cada día que pasa, seguimos viendo a nuestro ser querido luchando por vivir un día más, esta condición trae tristeza y más dolor. Pero no podemos dejarlo solo en esa lucha. Por eso te has involucrado para ser parte de sus últimos días aquí en la tierra. Sabes en tu corazón que hay una esperanza. Que, aunque parta y su cuerpo ya no esté más, su espíritu sigue. Tenemos una esperanza y esa esperanza está en Dios. 

La seguridad en nuestro espíritu que Dios nos escucha transforma la debilidad de nuestra alma, en la seguridad del poder de su consuelo. Ese consuelo da una nueva perspectiva, puesto que tu mente ahora entiende que Dios está contigo y tu corazón recibe un bálsamo que hace que las fuerzas se renueven. Dios lo hace por su esencia, por lo que es, por eso no cabe la menor duda en tu corazón que te escucha, porque no depende de ti, sino de su infinito amor. Su compasión alcanza para todos los que sufren. Hay suficiente para todos y todos los días. Es una fuente inagotable de amor y consuelo. Por eso es tu mejor opción. 

Palabra de confianza de parte de Dios

¡El Señor ha escuchado mis sollozos! El Señor ha escuchado mis ruegos, ¡el Señor ha aceptado mi oración!