[Serie Nada nos separa de su amor] Lo que realmente importaMuestra

La muerte es derrotada

Por causa de Adán entró la muerte a la humanidad, por un hombre entró la muerte, por un hombre debía vencerse. El segundo Adán, Cristo, venció a la muerte, resucitó al tercer día y trajo victoria. La resurrección de los muertos es una realidad que Cristo hizo visible, con pruebas indubitables, durante cuarenta días se apareció a muchos testigos, para que comprobaran que en realidad había resucitado. Sus discípulos dieron testimonio, aún Tomás introdujo sus dedos en sus heridas para convencerse que Cristo había resucitado. No estamos hablando de una fábula, sino de una realidad. La muerte ya fue derrotada. 

Nosotros también resucitaremos y nuestra naturaleza corruptible se revestirá de incorruptible, ya no habrá más limitante por un cuerpo físico que se puede enfermar o por el dolor que produce la muerte de un ser querido. Entonces seremos transformados plenamente. La obra de Cristo es completa, el propósito eterno del Padre se completará. Esto nos debe mover cada día a manifestar aquí en la tierra al Espíritu Santo que nos habita. Que todos puedan ver su amor en y a través de nuestras vidas. Cada día somos esa expresión de amor que Dios quiere que todos los hombres puedan conocer: su gran amor.

No más dolor y no más muerte

Dios restaurará todas las cosas según su diseño original. Llegará el momento en que ya no habrá más dolor ni más muerte. La enfermedad ya no tendrá injerencia en los seres humanos. Que tu mente no rechace esta verdad, al contrario, que te lleve a entender el gran amor de Dios hacia ti y el resto de la humanidad. Nunca nos abandona, no nos ha dejado sin protección y sin cuidado, porque nada nos separa de su amor. 

Aun todo lo que la humanidad ha hecho para merecer un castigo demoledor, ha sabido transformarlo en la mejor expresión de su amor. Por eso nuestra confianza no está en nuestros errores, sino en quién es Dios. Amor es la manifestación más plena de su existencia y esencia. Nos ha hecho portadores de ese amor, para que cada día de nuestras vidas podamos darlo a conocer a otros. 

En las redes sociales se habla que los que tienen dinero deben ayudar a los que no tienen. Esa no es la manera de Dios. Lo que Dios espera, es que todos hagamos nuestra parte y si los que tienen no hacen lo suyo, ellos rendirán cuentas, pero nosotros podemos sumar con un granito de arena y así llevar adelante una transformación real, no por unos pocos sino por muchos unidos en el propósito de Dios. 

Reflexiona

Cristo venció la muerte.