Caminando con JesúsMuestra

Dando perdón

La iglesia no está llena de gente perfecta, sino de personas que vamos a cometer errores. Corregir al que peca o falla, es tan importante como restaurar al que se ha arrepentido.

Nuestra función es ser un poco, cada día, como Cristo, hasta serlo completamente. Si aquel que ha fallado no es restaurado, le damos campo al enemigo para sembrar dolor en medio de nuestras comunidades.

Hoy puede ser otro el que falló y necesitará tanto corrección, como restauración, pero mañana puedes ser tú. Seguro necesitarás el mismo amor y la misma misericordia que hoy te toca entregar.

En la segunda lectura vemos que el dar se extiende más allá y toca incluso nuestros recursos. Jesús dio todo lo que tenía para que nosotros seamos libres y perdonados, de nuestras faltas y pecados. Si hoy tenemos algo es por su gracia, mañana de necesitarlo lo recibiremos de la iglesia.

Estamos llamados a dar, ser generosos no es lo que hacemos sino es quienes somos. Damos perdón, restauración y ayuda material, como quisiéramos recibir cuando la necesidad toque nuestra puerta. Damos con alegría, nunca nos parecemos más a nuestro Padre que cuando estamos dando. Jesús lo hizo, nosotros también podemos.

• Si Jesús no te hubiera perdonado, ¿dónde estarías en este momento? ¿Qué estarías haciendo?
• ¿Has perdonado a quien necesitas perdonar? ¿Cómo sabes si lo has hecho?
• ¿Cuánto te cuesta dar? ¿Eres desprendido alegre o dador esquivo?
• De todo lo que Jesús ha dado por ti, ¿qué es lo que más valoras?