En La Brecha — Ser Un Hombre CristianoMuestra

Día 7 — Evitar las trampas

Leer: 1 Timoteo 6:6–19

Los cazadores saben de la eficacia de una trampa para capturar a la presa y los peligros de caerse en la trampa ellos mismos. Pablo advierte que aquellos que quieren ser ricos se caen en una trampa que «hunden a los hombres en la ruina y la condenación» (versículo 9 DHH). Como un cazador atrae a su víctima hacia la trampa, el hombre que codicia la riqueza material es tentado «por muchos deseos insensatos y perjudiciales». El proverbio muy a menudo citado, «el amor al dinero es raíz de toda clase de males», enfatiza los efectos desastrosos que la avaricia puede tener en un hombre que busca vivir la vida cristiana (versículo 10 DHH). Peor que todo, por la codicia, se han desviado de la fe y se han causado terribles sufrimientos.

Para evitar esta ruina, Pablo aconseja a sus lectores que «se [contenten] con lo que [tienen]» (versículo 6 DHH), es decir, satisfacción con lo que la vida les ha dado. No trajimos nada material al mundo al nacer; no vamos a sacar nada de ella al morir, por tal razón el carro fúnebre nunca estará remolcando un camión. Con contentamiento, un «hombre de Dios» puede perseguir las virtudes y los comportamientos que reflejan el evangelio (versículo 11 DHH). Como en un juego atlético, el hombre de Dios debe pelear «la buena batalla de la fe» con disciplina y propósito (versículo 12 DHH). Decidido en la lucha, él no debe dejar «escapar la vida eterna», el premio que ya está a su alcance por su noble confesión de Cristo y su compromiso público de servirlo. «A los que tienen riquezas de esta vida» deben confiar en Dios y ser generosos en compartir su riqueza y hacer buenas obras (versículos 17–19 DHH). Así, perseverando hasta la gloriosa venida de Jesucristo, alcanzarán un tesoro genuino para el futuro y «la vida verdadera». 

Reflexionar: ¿Cuál es la trampa que debo evitar y la virtud que debo perseguir para competir bien por la fe? 

Orar: Oh Dios, quien mora y vive en una luz a la que nadie puede acercarse y da vida a todas las cosas, mantenme firme en el llamamiento bautismal que me has dado, y generoso en hacer el bien hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.