En La Brecha — Ser Un Hombre CristianoMuestra
Día 5 — A la luz del amor
Leer: 1 Juan 2:9–17
Así como Moisés ordenó a Israel que tomara una elección —«En este día pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ustedes, de que les he dado a elegir entre la vida y la muerte, y entre la bendición y la maldición. Escojan, pues, la vida» (Deuteronomio 30:19 DHH)—, también en la Escritura se presenta la vida cristiana como una elección. Aquí, Juan pone las alternativas entre el camino de la luz o de la oscuridad, el camino del amor o del odio (versículos 9–11). La elección de vivir en la luz del amanecer de Cristo implica vivir en una comunión de amor, cuidar a nuestros hermanos para que nada de lo que hacemos pueda hacer que otro caiga (versículo 10). No podemos vivir una vida cristiana aislada, porque el amor por los demás es el estándar del discipulado genuino.
Juan se dirige a los hijitos, a los padres y a los jóvenes dentro de la familia de la fe, tal vez para indicar los diferentes niveles de madurez espiritual entre los creyentes (versículos 13–14). Cada uno tiene recursos espirituales que pueden beneficiar a los demás. Los hijitos han experimentado el perdón de sus pecados, y tienen un verdadero conocimiento de Dios el Padre. Los padres conocen «al que ya existía desde el principio» (1 Juan 2:13 DHH), o sea, Jesucristo, la Palabra de Dios (1 Juan 1:1; Juan 1:1). Y los jóvenes han vencido «al maligno» (1 Juan 2:13 DHH). Su victoria se realiza en el presente por la victoria de Cristo en el pasado sobre el poder de la maldad, de la muerte y de la oscuridad. Los jóvenes han vencido al diablo porque ellos son fuertes en la fe y están enraizados en la Palabra de Dios.
El «mundo», como Juan emplea la palabra aquí, significa todo que está alejado de Dios y es hostil a sus caminos (versículo 15 DHH). Él describe a una persona que ama al mundo como alguien que apetece los malos deseos de la naturaleza humana, tiene el deseo de poseer lo que agrada a los ojos y tiene el orgullo de las riquezas (versículo 16). Entonces una persona mundana es alguien cuyos pensamientos, deseos y actividades se centran en sí mismo. Pero el mundo se va acabando y la luz del reino de Dios está amaneciendo.
Reflexionar: ¿Qué recursos tengo para poder elegir la voluntad de Dios?
Orar: Padre, deseo conocerte y a tu Hijo, quien es desde el principio. Como tu gracia me ha hecho posible elegir la luz de Cristo, sigue guiándome con la fuerza que proviene de la Palabra de Dios.
Escrituras
Acerca de este Plan
Ser un hombre cristiano no es nada fácil. La Palabra de Dios ofrece ayuda mientras buscas sobresalir de la existencia «corriente y moliente» y ser la mejor versión de ti mismo. Escrito por Stephen Binz basado en las enseñanzas del obispo Thomas Olmstead de la Diócesis Católica de Phoenix.
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Nos gustaría agradecer a American Bible Society por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://bibleresources.americanbible.org/