No Ver El MalMuestra

En uno de mis primeros trabajos después de la universidad, todos los días tenía que hacer un largo viaje de ida y vuelta al trabajo.
Un día, mi auto comenzó a hacer cosas que incluso yo sabía que un auto no debería hacer. Así que lo llevé al mecánico (incluye un suspiro temido)

Después de aproximadamente un día, recibí una llamada del mecánico diciendo que mi auto necesitaba una nueva transmisión. Caí en pánico. Por un lado, no podía pagar una nueva transmisión. Por otro lado, no podía permitirme NO tener un auto para ir al trabajo. Así que acepte.

Varios días después, recibí la llamada de que mi auto estaba listo. Aparecí con una tarjeta de crédito que tenía un límite de $600, y ni siquiera estaba seguro de cuánto de ese dinero estaba disponible.

Estreché la mano del mecánico. Me entregó las llaves. Le dije: "¿Cuánto te debo?" Temblé. Él dijo: "Tu hermana y su esposo vinieron ayer y se encargaron de eso".

Me quedé impactado. Nunca olvidaré ese momento mientras viva. Le di las gracias al mecánico. Fui directamente a la casa de mi hermana y le di las gracias a ella y a su esposo. Y le di gracias a Dios. Con eso en mente, mira este versículo:

Y no se olviden de hacer el bien ni de compartir lo que tienen con quienes pasan necesidad. Estos son los sacrificios que le agradan a Dios (Hebreos 13:16 NTV).

Este versículo tiene sentido a la luz de mi historia. Estaba "complacido". Mi hermana y su marido estaban "complacidos" de ayudar. No puedo evitar pensar que Dios estaba "complacido". ¡"Complacido" en todas partes!

Dios ama cuando hacemos el bien y compartimos el uno con el otro. Mi historia de la transmisión es un ejemplo perfecto.

¿De qué manera puedes hoy hacer el bien y compartir con alguien que lo necesita?Es posible que no tengas el dinero para pagar el auto averiado de alguien, pero aún puedes hacer algo. ¡Hazlo! No te arrepentirás.