Nuestro Pan de Cada Día - Bases BíblicasMuestra

3. Cartas: Introducción

En la ciudad de Corintios, un grupo de gente respondió a la predicación de Pablo y se convirtieron en cristianos y formaron una iglesia. Pero estuvieron envueltos en inmoralidad, división y lucha. En Filipos, un grupo desalentado de creyentes necesitaban empuje. En Roma, un grupo fiel de seguidores de Cristo necesitaban claridad en sus creencias sobre lo correcto, la Ley, y la santificación. Tenían preguntas sobre la vida diaria de los cristianos. Los creyentes de Tesalónica necesitaban saber sobre el regreso de Cristo y los últimos días. En Éfeso, los líderes necesitaban instrucción sobre su posición en Cristo. En todos lados, los creyentes estaban sufriendo y no entendían por qué. Los falsos maestros se estaban infiltrando en las iglesias y amenazaban con socavar la obra. Un pastor en Creta necesitaba aliento.

¿Cuál era la mejor forma de cubrir las necesidades de la iglesia creciente? Los Apóstoles no podían estar en todos lados al mismo tiempo. Entonces enviaban cartas (también conocidas como epístolas) para explicar a los cristianos enseñanzas, para inspirar a la gente de Dios en la santidad, y para decirles cómo vivir.

Las iglesias o individuos que recibían estas cartas estaba llenos de gozo cuando llegaban. Eran leídas a la congregación y compartidas de iglesia en iglesia. Se hacían copias con meticuloso cuidado para otras iglesias. Los creyentes comenzaron a coleccionarlas. Entre todas, 21 cartas fueron resultado de inspiración y se convirtieron en la mayor parte del Nuevo Testamento.

A pesar de que hay algo de historia y algo biográfico en estas cartas, eran primeramente escritas para amplificar la enseñanza de Cristo Jesús. La mayoría fueron escritas para cuerpos locales de creyentes (cómo para los de Corintios o Roma) o a pastores (Timoteo y Tito). La edad que vino el Espíritu Santo es conocida como la edad de la iglesia, y estas cartas hablan sobre la vida de la iglesia. Entre otras cosas, ellas dan instrucción sobre:

La unidad de la iglesia (Efesios 2:11-22).

La adoración de la iglesia (1 Corintios 14:26-40).

Los líderes de la iglesia (1 Timoteo 3; Tito 1).

La disciplina de la iglesia (1 Timoteo 6:3-5).

Las ordenanzas de la iglesia (1 Corintios 11:23-30).

La predicación de la iglesia (2 Timoteo 4:2).

A pesar de que las epístolas fueron centradas en las iglesias, también eran útiles para los individuos. Una persona con la oportunidad de leerlas aprendía los principios para gobernar su conducta con sus compañeros creyentes y ante el mundo. Aquí hay un ejemplo:

Debemos amarnos unos a otros (Romanos 12:10).

Debemos ser sumisos a las autoridades (Romanos 13:1).

Debemos imitar a Cristo (Efesios 5:1).

Debemos cuidarnos unos a otros (1 Corintios 16:1).

No debemos hablar mal de nadie (Tito 3:2).

Debemos confesar nuestros pecados (1 Juan 1:9).

Las 21 cartas también fueron escritas para definir y clarificar la creencia básica de la cristianidad. Por ejemplo:

Cristo Jesús es Dios (Colosenses 1:13-19).

El Espíritu Santo vive en cada creyente (1 Corintios 6:19-20).

Todos somos pecadores (Romanos 3:23).

La salvación es por gracia a través de la fe (Efesios 2:8-9).

Los creyentes deben abandonar el pecado (Romanos 6:1-14).

La justicia viene a través de Cristo (Romanos 3:21-22).

La Biblia es inspirada (2 Timoteo 3:16).

Todos serán resucitados (1 Corintios 15).

Viendo a Dios. Las epístolas nos ayudan a conocer a Dios en las siguientes formas representativas. Al leer estas cartas, verás muchos otros elementos del carácter de Dios.

En las cartas autobiográficas de Pablo, vemos cómo Dios es capaz de suplir las necesidades más profundas de aquellos que están dispuestos a servirle a Él (2 Corintios 4).

En la porción doctrinal, vemos a Dios siendo capaz de entrar en nuestro dolor y cuidarnos en nuestras luchas (2 Corintios 1:3-6).

En la sección de correcciones, vemos a Dios quien ha prometido prepararnos para el reino eterno de donde todo el mal y el pecado han sido eliminado (2 Pedro 3:10-13).