El fugitivo - La razón por la que corremosMuestra

Ahora lo entiendes

En defensa de Jonás, para cuando Dios lo llamó, no era tan simple como las tareas que nos corresponde hacer hoy. Por favor comprende que el libro de Jonás fue escrito en un tiempo muy hostil. La ciudad de Nínive, era el lugar donde ahora se encuentra Iraq. La tarea que Dios llamó a hacer a Jonás, era muy difícil. Dios dio el reinado a David, luego hubo una división en dos reinos. Estaba el reino del norte, que era Israel y el del sur, que era Judá. Jonás fue un profeta de Dios, viviendo en el reino del norte, donde todos los reyes eran extremadamente malvados. No estaban haciendo cosas piadosas, de hecho eran "fugitivos". Jonás fue un profeta de Dios en este entorno tan hostil y malvado. Su descripción de empleo, era hablar sobre las vidas de las personas con base en lo que Dios había dicho que dijera.

La gente de Nínive era asiria, que después de conquistar naciones, tomarían sus cuerpos, los quemarían y desollarían. Eran personas bárbaras. Ir a hablar con este pueblo tortuoso, era una tarea difícil para un profeta de Dios. Traducido a la actualidad, lo que Dios pidió a Jonás que hiciera sería: «Oye, Josh, ve a Iraq, reúnete con los I.S.I.S y los talibanes, congregándolos juntos en una tienda de campaña y tengan un servicio de avivamiento». Exactamente el mismo llamado. Ahora entiendes por qué Jonás corrió.

Si tomas esta historia en el nivel superficial y la enfocas desde la perspectiva de la escuela dominical, pensarías: «Bueno, Jonás solo estaba siendo desobediente». Jonás tenía derecho a huir. El llamado de Dios era fuerte. Esto habría significado para Jonás que podría perder su vida, por lo peligrosa que era Nínive en ese momento. Todos los reyes de Asiria, residían en la capital que era Nínive. Este era un territorio muy peligroso para un profeta. Jonás corre en la dirección opuesta y zarpa en un barco hacia Tarsis, que está aproximadamente a 4,200 km de donde lo estaba llamando Dios para ir.

¿Cómo podemos relacionarnos con Jonás en este momento? Permíteme presentarte el pensamiento de que somos más como Jonás, de lo que queremos admitir. ¿Qué se parece a huir de Dios hoy? Mañana hablaremos de cómo, a veces, simplemente decimos «No» a Dios.