Buscando diariamente el corazón de Dios: sabiduríaMuestra
Temor prudente
Hay temores buenos. El temor de Dios es uno de ellos. Es fundamental. Alimenta todos los demás temores. Sabio es el hombre o la mujer que primero teme a Dios. El temor de Dios es vital al principio de tu caminar con Dios, es la luna de miel de tu matrimonio con Cristo, buscas hacer solo lo que se espera de ti. Pero si descuidas el temor de Dios, te encaminas a la desobediencia (Salmo 36:1). Como cada creencia o disciplina, el temor de Dios tiene que ser fomentada por medio de la fe y la obediencia. El temor de Dios te mantiene honesto con Él y contigo mismo. Es el principio de la responsabilidad. La gracia de Dios, sin el temor de Dios es una ilusión. No puede haber gracia sin el temor, igual como no hay temor sin gracia. Necio es el que no teme a Dios. El fruto de no temer a Dios son decisiones necias y vida indisciplinada.
Además, el éxito es enemigo del temor de Dios. Al obtener mayor éxito, más propenso eres de no temerle. Sin embargo, debería suceder lo opuesto, mientras más éxito obtienes, más deberías temer a Dios y a las consecuencias del pecado. Muchas veces el éxito te puede conceder autonomía, es aquí donde tienes que incrementar el nivel de responsabilidad para con Dios. Sé brutalmente honesto contigo mismo. No puedes tener autonomía sin responsabilidad. David no pudo, y él era un hombre conforme al corazón de Dios (Hechos 13:22). La autonomía sin la responsabilidad te dirige a una serie de malas decisiones, que si se queda sin freno, te dirige a un comportamiento inmoral. Nadie es superior a la ley y nadie puede evitar la responsabilidad.
Sabio es el líder que es responsable con su fe, finanzas, familia, trabajo y descanso. Aquellos que creen no tener que ser responsables, necesitan serlo más que nadie. Empieza contratando un asistente del mismo género que trabaje contigo y te acompañe en viajes del trabajo. Puedes educar a un joven y futuro líder y darle la oportunidad de que él o ella te haga responsable, cada uno de nosotros rendimos mejor cuando nos observan. El temor de Dios te guarda de pecar (Exodo 20:20). Pídele a tu pareja, jefe de junta y grupo responsable que te den responsabilidad. Sé transparente con tus finanzas profesionales y personales. Dile a tu cónyuge si alguien te atrae emocionalmente. Sé muy discreto con tu tiempo a solas. El ocio lleva a la indiscreción. Es sabio invertir tu tiempo a solas con tu Salvador, tu cónyuge y tus amigos especiales. El temor de Dios es tu aliado. El temor a las consecuencias del pecado es inteligente. El temor a no ser responsable es sabio. El temor de Dios te libera. Por lo tanto, teme a Dios, odia al pecado y confía en Él.
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Buscando diariamente el corazón de Dios, es un Plan de Lectura de cinco días con la intención de animarnos, desafiarnos y ayudarnos en el camino de la vida diaria. Como Boyd Bailey ha dicho, “Búscalo incluso cuando no tienes deseos o cuando estás muy ocupado, y Él recompensará tu fidelidad”. La biblia dice: “Dichosos los que obedecen sus mandatos y de todo el corazón lo buscan” (Salmos 119:2, RVR1960).
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