Guía tu mente, guarda tu corazón y cuida tu lenguaMuestra
El control sobre nuestra propia lengua es una señal de madurez cristiana. Que tan bien eres capaz de controlar tu lengua es verdaderamente una prueba de fuego de que tan bien has guardado tu corazón. Los más maduros entre nosotros exhiben el mayor control en el área de la lengua. Las palabras que salen de la boca de una persona son el indicador que define si esa persona es un niño cristiano, un cristiano de tercer año, un adolescente cristiano, o un discípulo de Cristo adulto y maduro.
Cuando un bebé está aprendiendo a hablar, todo lo que ese pequeño precioso dice suena como algarabia. Las palabras que un niño expresa son sonidos sin sentido y no trasmiten ningún significado profundo a nadie excepto quizás a la madre que adora al bebé. Debido a la inhabilidad de comunicarse efectivamente, nunca se le pedirá a un bebé dar un discurso ante la ONU o presentar las noticias en la red. Tampoco se le daría a un niño la oportunidad de predicar en frente de miles.
Si deseas ser usado por Dios para la grandeza de Su reino, entonces necesitas aprender a controlar tu lengua. El Señor dará oportunidades maravillosas de servirlo, y abrirá puertas magníficas, para aquellos cuyas lenguas están completamente bajo el control del Espíritu Santo.
Déjame recordarte de nuevo que tu lengua pesa solo alrededor de dos onzas, pero tiene el poder de controlar toda tu vida, y su fuerza puede sentirse por generaciones. Si tienes problemas en el área de tu lengua, ponle el freno. Ponte límites verbales y rehúsate a decir otra palabra negativa.
A medida que empiezas a hablar solo respuestas y opiniones positivas, comenzarás a ser una persona positiva. Si determinas que nunca más te preocuparás de nuevo en voz alta sino que siempre hablarás palabras de confianza y fe, es posible que incluso ajustes tu personalidad torcida.
Aplicación personal: ¿Qué indican las palabras que usas, y las que eliges no decir, acerca de tu nivel de madurez en Cristo?
Escrituras
Acerca de este Plan
Cada uno de nosotros ha pronunciado palabras "bajo la influencia" de sentimientos distorsionados y pensamientos confusos. Y pronto desearíamos tener el poder mágico de retirar esas palabras. Son nuestros pensamientos y emociones los que determinan qué palabras salen de nuestra boca. "Guía tu mente, guarda tu corazón y cuida tu lengua" te permitirá tomar el control de tus pensamientos y sentimientos para darle gracia a tu lengua.
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