Guía tu mente, guarda tu corazón y cuida tu lenguaMuestra

La palabra “miedo” aparece al menos 400 veces en la versión King James de la Biblia; creo que es seguro asumir que las Escrituras tienen algo vital que decir acerca de esta emoción básica humana. El miedo no es un asunto escondido en las Escrituras; Dios lo aborda frecuentemente, y el Espíritu Santo nos da una receta saludable para lidiar con él. 

Una definición de miedo es “una emoción estresante que se despierta por un peligro inminente, mandad, o dolor, sea que la amenaza sea real o imaginaria". La mayoría de las cosas que tememos son solamente percepciones ficticias de una mente hiperactiva. “Pensamos” que algo malo va a suceder, así que abrazamos al espíritu de miedo. La batalla comienza en la mente, porque una emoción es un pensamiento antes de que se convierta en un sentimiento. Cada vez que trates con la emoción del miedo, debes instantáneamente ir a la palabra De Dios. 

El miedo tiene la extraña habilidad de convertir a un creyente próspero en uno débil que es incapaz de lograr grandes cosas para el reino de Dios. Satanas desea desesperadamente asustarte con el futuro y se esfuerza por convencerte de que veas tu mañana desde su perspectiva cobarde. Sin embargo, recuerda ¡Satanas es es el padre de las mentiras! 

Si el miedo se ha apoderado de tu alma, tal vez sería beneficioso recordarte que eres amado, plenamente, y eternamente por ¡Aquel que te conoce mejor! Corre a los brazos del amor de Cristo cuando el miedo amenace con estropear el paisaje de tu futuro glorioso. Recuérdate una y otra vez que no hay nada que haya sido creado o imaginado que sea capaz de disminuir Su amor por ti o que tenga la influencia de desconectarte de Su amor. 

Cada persona en la Biblia que fue llamada a hacer algo grande por el reino de Dios escuchó las palabras pronunciadas con frecuencia y divinamente poderosas, “¡No temas!” Como seres humanos, todos tratamos con el miedo en las coyunturas desafiantes de la vida, pero Dios no quiere que permanezcamos en esos lugares de ansiedad, pavor, o terror paralizante. Él nos ha llamado a salir del temor y a entrar en Su gran amor.

Lectura bíblica: 2 Timoteo 1:7

Romanos 8:38-39

Aplicación personal: Cuando el miedo comienza a invadir tu corazón, medita en Escrituras como Romanos 8:38-39