Líderes parecidos a CristoMuestra

Servicio

Como cristianos del siglo XXI, es importante pensar en lo que Dios nos pide en estos tiempos. No hay duda de que las personas hoy en día desean ser líderes. Solo dale un vistazo a la sociedad, el trabajo, la cultura, y verás a la gente hablar sobre el liderazgo. Hay todo tipo de talleres sobre cómo ser un líder y cómo tener éxito. Existen costosos seminarios sobre cómo convertirse en el líder más efectivo y productivo. Puedes leer libros y revistas sobre liderazgo. Cuando se trata del evangelio y de hacerlo a la «manera de Jesús», el liderazgo es diferente.

El verdadero liderazgo comienza con humildad. No importa qué tipo de líder se esfuerce por ser; ya se trate de un liderazgo religioso, como lo fue en tiempos de Jesús o cualquier otro tipo de líder, pero tenemos que ser humildes. ¿De qué se trata la verdadera humildad? No sé ustedes y la cultura en la que crecieron, pero les puedo decir que, como un latino, ser humilde, tiene que ver con cierta postura y estatus. Si ves a alguien que está vestido de manera simple, tal vez tiene un bajo nivel financiero, y tiene una postura que se inclina hacia adelante con los ojos mirando hacia el piso todo el tiempo, yo solía pensar «esa no es una mala postura, eso es humildad». Sin embargo, la humildad no es algo externo. Tiene que ver con un conjunto de actitudes. Es el entendimiento de que Dios es grandioso e impresionante. Y todos estamos al servicio de ese único Dios.

Si realmente queremos ser líderes como Cristo, primero debemos ser siervos. Necesitamos ser lavadores de pies como Jesús. Personas dispuestas a ponerse de rodillas para levantar y ayudar a los demás. Necesitamos servir a otros. El liderazgo cristiano no se trata del título. No se trata del reconocimiento público o los rituales externos. Se trata de mucho más que eso. A través de este plan, compartiré con ustedes algunas verdades sobre las cuales los creyentes debemos pensar si realmente deseamos ser líderes como Cristo. Más que nunca, nuestro mundo necesita líderes como Cristo. Esto se aplica a usted, ya sea madre o padre, hermano o hermana, el jefe en el trabajo o el empleado; ya sea el gerente general o la persona que hace el mantenimiento, se aplica a todos nosotros. El título o posición no importa, pero la forma en que vivimos, sí. A veces también juzgamos las cosas externamente y olvidamos que Dios está mirando el corazón.