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Respete A Su Jefe

En Tito 2:9–10, Pablo escribe un mandamiento muy interesante e importante: 

Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos en todo, que sean complacientes, no contradiciendo, no defraudando, sino mostrando toda buena fe, para que adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador en todo respecto.

En nuestra sociedad, es importante comprender que este pasaje nos está dando instrucciones para nosotros como empleadores y como empleados. Dicho de una manera más sencilla: como empleado, usted debe ser obediente a su jefe. 

Una de las maneras en las que usted puede hacer esto es al no contradecir. Quizás en ocasiones sea difícil tener que morderse la lengua, pero debe hacerlo. No es aceptable cuando llega a la fuente de agua y comienza a hablar con los otros empleados sobre su jefe cosas como: “Este idiota para quien trabajamos no tiene ni idea de lo que ocurre aquí”. Yo creo que eso cae en la categoría de contradecir. 

Y defraudando significa robar cosas de poco valor. Recuerdo a un individuo que yo conocía en Oregón que odiaba el lugar donde trabajaba. De hecho, tenía un trabajo del gobierno y, en ocasiones, llegaba a casa con algo que había robado de la oficina. 

Casi todos los días robaba algún tipo de material de oficina como una grapadora, bolígrafos, o lápices. Aun cuando siempre eran cosas de muy poco valor, simplemente continuaba robándolas. 

La Biblia dice que eso es inaceptable. Y usted tampoco debería robarle tiempo a su jefe al hacer llamadas personales durante las horas de oficina. Su jefe no le está pagando para que atienda asuntos personales durante sus horas de trabajo. Eso es robar. 

Creo que, como cristianos, debemos ser los mejores empleados del mundo. Debemos trabajar arduamente y mostrar una gran actitud en nuestro lugar de trabajo a tal grado que demos un buen ejemplo a aquellos con quienes trabajamos.

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