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La Mejor Salvaguarda Contra El Adulterio

Mi corazón se aflige al ver por todo el país la cantidad de matrimonios destruidos por causa del adulterio. ¡No debería ser así!

En 1 Corintios 7:1–5, el apóstol Pablo nos da una salvaguarda en contra del adulterio. Así dice: 

Paso ahora a los asuntos que me plantearon por escrito: “Es mejor no tener relaciones sexuales”. Pero, en vista de tanta inmoralidad, cada hombre debe tener su propia esposa, y cada mujer su propio esposo. El hombre debe cumplir su deber conyugal con su esposa, e igualmente la mujer con su esposo. La mujer ya no tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposo. Tampoco el hombre tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposa. No se nieguen el uno al otro, a no ser de común acuerdo, y solo por un tiempo, para dedicarse a la oración. No tarden en volver a unirse nuevamente; de lo contrario, pueden caer en tentación de Satanás, por falta de dominio propio.

Estos versículos nos están diciendo que las parejas casadas deben disfrutar de la intimidad sexual. De hecho, cuanto más la disfruten, mejor salvaguardados estarán contra la inmoralidad. 

Mire que Pablo dice que la esposa no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, y que el esposo no tiene autoridad sobre su propio cuerpo. Como esposos, ambos se pertenecen. Dice que no se nieguen el uno al otro salvo para un tiempo de ayuno y oración, y con el consentimiento de ambos. 

Quiero desafiarle el día hoy para que haga de su intimidad sexual una prioridad en su matrimonio. No lo considere como menos importante, ni se lo deje a su cónyuge. Tome la responsabilidad de encender el fuego de la intimidad sexual, y cierre la puerta a las tentaciones de Satanás.