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Llevando Las Cargas Los Unos A Otros

En Gálatas 6:1–2, Pablo nos amonesta: 

Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también puede ser tentado. Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo.

Necesitamos llevar las cargas los unos a otros. En este pasaje, Pablo nos da una perspectiva de lo que significa exactamente eso. 

Primero, la palabra sorprendido significa caer de inmediato. En otras palabras, el pecado al que se está refiriendo Pablo no es un pecado premeditado, sino una tentación que llegó de sorpresa. La persona tropezó, y ahora está teniendo dificultades para salir. 

Fíjese que Pablo también dice: “Si eres espiritual, restáuralo”. La palabra restaurar lleva la idea de fijar un miembro dislocado. El papel de la persona espiritualmente madura es de volver a poner el “miembro” dislocado nuevamente en su lugar de una manera humilde. 

Pienso que esto le sucede más a menudo a los cristianos bebés. De repente, son invadidos, ceden a la tentación y se siente horriblemente mal. Después, el diablo empieza a trabajar en ellos diciéndoles: “¡Mira, y te dices cristiano! ¡Qué hipócrita eres! Más vale que ni regreses a la iglesia. Eres una basura. Seguramente, ni siquiera eres salvo”. 

No saben cómo salir de ese pozo, y usted y yo necesitamos ayudarles a que vuelvan a entablar su relación con Dios y con la iglesia. 

Tuve un amigo que en una ocasión se dislocó su hombro. Me llevó 45 minutos para ayudarle a ponerlo en su lugar. Habría sido mejor si alguien más le hubiese ayudado.

Y, lo mismo es cierto para nosotros como cristianos. Necesitamos estar ahí para ayudar a restaurar a nuestro hermano o hermana cuando su vida espiritual se haya dislocado