La Justicia de DiosMuestra

La justicia en la carta de Judas

¿Hay justicia en la iglesia? ¿Es necesario confrontar el mal dentro de la familia de creyentes misma? Judas dice que estaba ansioso por escribir positivamente acerca de la salvación. En lugar de ello, vira a un tema mucho menos atractivo. Judas se siente compelido a instar a sus lectores a batallar por la fe contra ciertos individuos dentro de la iglesia que estaban desviando a las personas.

Escribiendo en el primer siglo cuando la iglesia todavía era joven, el autor insta a los creyentes a contender por su fe. La carta de Judas repasa una vez más la historia de Israel para comunicarle a los creyentes que Dios está a cargo; que puede castigar al injusto y que lo hará como siempre lo ha hecho.

Los problemas que Judas ve podrían no ser exactamente los mismos que los cristianos de hoy enfrentan, pero el hecho de que había comportamiento pecaminoso dentro de la iglesia, no ha cambiado. En ciertas partes del mundo, por ejemplo, algunos grupos de personas no aceptan a otros como miembros iguales de la familia de Dios. Aquilatan el estatus que proviene de sus antecedentes familiares y se consideran a sí mismos superiores entre iguales; ¡son jactanciosos! Algunos de ellos no darían a sus hijas e hijos para que se casaran fuera de su grupo, ya que hacerlo incluiría al «otro» como uno de sus familiares. En lugar de honrar y celebrar la unidad en Cristo, prefieren mantener la división racial, tribal o denominacional.

¿Alguna vez has sido víctima de un trato injusto dentro de la iglesia? ¿Has visto líderes corruptos e inmorales? ¿Sientes que el mundo está imponiendo fuertemente sus ideas y creencias sobre ti desde dentro de la iglesia? Si te encuentras en una situación así, no eres el primero; mucho antes de ti, los cristianos enfrentaron situaciones similares y se sintieron como te sientes.

Dios está en el negocio de enderezar al mundo. A lo largo de los siglos invita a la gente a colaborar con Él para poner en orden al mundo y sus sistemas. Esta misma invitación continúa hoy y se extiende a cada uno de nosotros. Dios nos invita a ser misericordiosos con los que dudan, y a arrancar a la gente del fuego, a refrenar a nuestros vecinos de perseguir la iniquidad y a influenciarlos para ser buenos y justos. La recompensa que tiene preparada para los que son justos es la vida eterna con Él.

Jeremiah Duomai, India (tomado de la introducción a la carta de Judas)