Panorama de la oración: Pablo a los tesalonicenses, parte 3Muestra
Cumplimiento de todo propósito de bondad
Dios quiere que sus hijos cumplan todo buen propósito y si nos proponemos hacerlo, Él nos ayuda a lograrlo. Como dice Salmos, en el capítulo veinte, «Te dé conforme al deseo de tu corazón, y cumpla todo tu consejo». Esto lo reitera el capítulo ciento cuarenta y cinco, «Cercano está el Señor a los que le invocan de veras. Cumplirá el deseo de los que le temen; y oirá el clamor de ellos, para salvarlos».
Que en nuestras oraciones esté presente el compromiso de llevar a cabo todos los buenos planes que Dios ha determinado en su propósito para y con nuestras vidas. Por eso, el sabio Salomón declara «El deseo de los justos es solamente el bien». Si nuestros deseos de bondad fueran cumplidos por nuestro poder, recibiríamos la gloria. Pero, en un momento, es evidente que a Dios le interese recibir la gloria, por el cumplimiento de nuestros deseos de bondad. Así que Él los cumple con su poder, no con el nuestro. De modo que nuestra parte, es hacer una conexión fuerte con su poder.
Cuando Dios cumple un deseo para bien, se convierte en una obra de fe, porque el medio por el cual recibimos el poder para cumplir el deseo y convertirlo en una obra, es la fe. Así que, la obra o acto es llamada «obra de fe», o «acto de fe». Por tanto, desde el lado de Dios, el deseo se convierte en una obra del poder de Dios. Y desde nuestro lado, el deseo se convierte en una obra de fe.
Fe en ese poder, pues solo por fe, confiamos en Dios para recibir el poder de cumplir el deseo de bondad y, por ese poder, mediante esa fe, el deseo se convierte en una obra de fe. El pecado fue derrotado y la justicia de Dios fue reivindicada, porque no nos miramos a nosotros mismos, sino a Dios y a todos sus poderosos efectos en nuestras vidas.
Todo este proceso de ser hechos dignos de nuestro llamamiento, y el cumplimiento de nuestros buenos deseos y la realización de buenas obras por fe en el poder de Dios, es por gracia. El poder de Dios que viene a nosotros cada momento, completando nuestras resoluciones de bondad en obras de fe, es el poder de su gracia. El efecto de este poder, a medida que confiamos en Él para recibir el poder, es completar nuestros deseos de bondad y convertirlos en «obras de fe». Así que, la vida en Cristo, es vivida por fe y no es basada en la fuerza de nuestra voluntad. Pensamos, deseamos, planificamos, establecemos metas, pero al disponer nuestras voluntades a actuar, miramos hacia Dios y lo atesoramos, amamos, confiamos en Él, en que nos dará su poder para completar nuestra resolución.
Acerca de este Plan
Este es el tercero y último devocional, de un estudio sistemático de la oración apostólica, de la segunda carta a los tesalonicenses. El autor enseña, como los llamados de Dios pueden parecer exigentes, pero en realidad son el aliento del Espíritu a nuestras vidas. Dichos llamados nos demandan fidelidad, ministerio, amor y gozo. Por tanto, debemos situarnos en la corriente de Dios; y ser sensibles y entendidos a la iluminación que el Espíritu trae. La iglesia debe ser dirigida por el Espíritu, para que pueda propagar su testimonio al mundo, en el nombre de Cristo y en el poder del Espíritu
More
Nos gustaría agradecer a Basilio Patiño, de acuerdo con El Centro Network por proporcionar este plan. Para obtener más información sobre estas organizaciones, visite http://www.redrema.org y http://www.elcentronetwork.com