Panorama de la oración: Pablo a los tesalonicenses, parte 3Muestra
El reinado de Dios
Este devocional, es el tercero y último de una serie de tres, acerca del panorama de la oración, no solo desde las palabras, sino también desde los hechos de santidad que manifestamos y expresamos como hijos de nuestro buen Dios.
Por medio del Espíritu Santo y con su poderosa ayuda, cumpliremos las palabras de Cristo acerca de sus seguidores: «… las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre».
Ser santos significa, que vivimos la realidad del reinado de Dios en el presente siglo. Vivimos en medio de una fuerte visión utópica humanista de la historia, ante la cual es necesario comprender y expresar, la debida perspectiva del presente reinado de Dios. Y si el reino de Dios es realismo, la forma en que debe ver el mundo, no es tan solo un idealismo, porque el evangelio no es solamente acerca de «el Cristo inmutable, sino también acerca del “reino inconmovible”».
El evangelio, es acerca de una Persona y un propósito, Jesucristo y su reino, por lo cual, debemos mantener unidos a ambos en nuestra teología y en nuestro discipulado. Así debe ser para nosotros.
La obra del santificador Espíritu, es hacernos personas del reino de Dios, gente que, como Jesús, encarnamos la realidad y las prioridades del reinado de Dios en nuestra vida, en nuestra familia, en nuestra sociedad, en la creación, en todos los ámbitos de la vida.
Para muchos creyentes, el llamado a ser un pueblo del pacto, agota el significado del llamado de Dios a la humanidad. Muchas personas que se convierten al evangelio y se afilian a una iglesia local, aún necesitan convertirse al reino de Cristo. Esto requiere una más profunda y completa conversión.
Gran parte de los creyentes, piensan que han sido llamados solo a ser la iglesia, es decir, a ser una comunidad u organización local que dice: «Jesucristo es nuestro Salvador». Ellos tienen un tipo de club religioso, una mentalidad de sala de espera de por vida, para llegar al cielo. A estos, les hace falta otro llamado divino esencial, dado en las palabras de Jesucristo: «Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia».
Escrituras
Acerca de este Plan
Este es el tercero y último devocional, de un estudio sistemático de la oración apostólica, de la segunda carta a los tesalonicenses. El autor enseña, como los llamados de Dios pueden parecer exigentes, pero en realidad son el aliento del Espíritu a nuestras vidas. Dichos llamados nos demandan fidelidad, ministerio, amor y gozo. Por tanto, debemos situarnos en la corriente de Dios; y ser sensibles y entendidos a la iluminación que el Espíritu trae. La iglesia debe ser dirigida por el Espíritu, para que pueda propagar su testimonio al mundo, en el nombre de Cristo y en el poder del Espíritu
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Nos gustaría agradecer a Basilio Patiño, de acuerdo con El Centro Network por proporcionar este plan. Para obtener más información sobre estas organizaciones, visite http://www.redrema.org y http://www.elcentronetwork.com