Gracia y paz para el creyenteMuestra
Crecimiento en la gracia
De la misma forma como los padres llevan a su hijo al doctor para su chequeo general, le hace muchas pruebas, lo mide y pesa, luego escribe los resultados y los registra en un pequeño diagrama que indique cuánto está creciendo y pesando su hijo, de acuerdo al promedio para su edad; igualmente nuestro crecimiento en la gracia, puede ser medible por el desarrollo de nuestra vida espiritual.
La gracia, es la sustancia y esencia de la naturaleza, carácter y proceder de Dios. No debemos entender la gracia solamente como el favor distintivo y redentor de Dios, ya que estos creyentes fueron objeto de la gracia mucho antes. Tampoco se debe entender, como un principio espiritual natural, puesto que tal principio les fue impartido en el nuevo nacimiento.
La gracia apunta más bien, a una manifestación mayor de la naturaleza espiritual y de la semejanza divina recibida de Dios, y una mayor y más gozosa dependencia de quien la da.
La señal fundamental, del crecimiento de una persona en la vida de la gracia de Cristo, está en morir al yo. También se refiere, a los dones divinos que inducen tal crecimiento. Refiriéndose a Cristo, el apóstol Juan declara, «de su plenitud todos hemos recibido gracia sobre gracia».
Matthew Poole, comenta este texto de la siguiente manera: «Gracia sobre gracia. No hemos recibido gotas, sino gracia sobre gracia; no solamente conocimiento e instrucción, sino el amor y el favor de Dios. Hemos recibido hábitos espirituales en proporción al favor y la gracia que hay en Cristo (teniéndose en cuenta nuestras limitadas capacidades). Cristo nos ha dado su gracia gratuita y abundantemente. Esto nos permite ver, que los que hemos recibido esta gracia, debemos reconocer y adorar a Cristo, y ser confirmados para recibir mayor gracia, y la experiencia de la vida eterna...».
En la primera carta de Pedro, notamos claramente, que la gracia de Dios es multifacética y Él la dispensa a los santos en diversas formas y cantidades, de acuerdo a sus necesidades, pero no solamente para la edificación individual, sino del cuerpo de Cristo como un todo. Hacia el final de esta epístola, Pedro emplaza a sus lectores, diciendo: «Crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo».
La gracia de Dios, fortalece al creyente de tal modo, que sus defectos pueden ser superados, ya que Él nos proporciona todo el entendimiento y poder para que cumplamos su voluntad; tal como reza una placa que leí: «La voluntad de Dios no puede llevarte, a donde la gracia de Dios no puede cuidarte».
Acerca de este Plan
El saludo gracia y paz que usaban, era una oración, era un acto de adoración, en el que Cristo siempre era mencionado en unión con el Padre, lo cual significa que es por medio de Él, que todo esto se puede disfrutar, crecer y multiplicar; ya que, todas estas bendiciones las ha concedido Dios en Cristo para sus hijos.
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Nos gustaría agradecer a Basilio Patiño, según El Centro Network por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.redrema.org y http://www.elcentronetwork.com