Gracia y paz para el creyenteMuestra

La esencia de la bendición apostólica

Habiendo descrito a sus lectores conforme a su estado espiritual, Pedro agrega su bendición apostólica: «Que abunde en ustedes la gracia y la paz». La bendición y saludo apostólicos que Pedro usa aquí, es en suma casi igual a los que Pablo usa en diez de sus epístolas y al que Pedro usó en su primera carta. En 1 y 2 Timoteo, y Tito, sin embargo, Pablo agrega el elemento misericordia, como lo hace también Juan en su segunda carta. Judas usa los elementos misericordia, paz y amor. 

Con esto aprendemos que, al afirmar sobre los destinatarios bendiciones inspiradas por el Espíritu, los apóstoles combinaban la gracia, que era la palabra consigna de la era del nuevo pacto, con la paz, bendición distintivamente hebrea. Quienes hayan leído atentamente el Antiguo Testamento, habrán notado con qué frecuencia se usa el saludo «paz a vosotros» o algo similar. 

David clama: «que haya paz dentro de tus murallas», al contemplar expectante las bendiciones espirituales y temporales que desea para Jerusalén e Israel. Este texto muestra que la palabra paz, era un término general usado para denotar bienestar integral. 

La forma en que el Cristo resucitado, usa el término en Juan 20:19, parece decirnos que abarcaba todas las bendiciones recuperadas para los creyentes bajo el nuevo pacto. En los saludos y bendiciones finales de las epístolas y del libro de Apocalipsis, (que Cristo, la gran cabeza de la iglesia, quería que circulara igual que una epístola), se usan con frecuencia los términos gracia y/o paz. 

A la luz de la comprensión que el apóstol Pedro tenía de las realidades de la era evangélica, resulta evidente que con esta bendición el apóstol ve y abarca tanto a creyentes judíos como gentiles que comparten unidos como un nuevo pueblo la plena bendición de la salvación de Dios.

Gracia y paz, calificaba y clasificaba a los lectores de las cartas apostólicas. Pedro, deseaba sinceramente el bienestar de los destinatarios, procuró para los santos las más escogidas bendiciones que les podían ser conferidas, para que fuesen enriquecidos moral y espiritualmente, tanto interior como exteriormente. 

La expresión «gracia y paz» contiene la suma de las bendiciones del evangelio, y suple cada una de nuestras necesidades. Juntas incluyen todo tipo de bendiciones y por eso son las cosas más abarcadoras que se le pueden pedir a Dios, son los favores más escogidos que podemos declarar para nosotros mismos, y para nuestros hermanos. 

Entendiendo que solo Dios los puede conceder por medio de la fe, al confiar en la mediación y los méritos de nuestro Señor Jesucristo. «Gracia y paz» son la esencia misma, y el todo, de la verdadera realización y felicidad de un creyente en esta vida, lo que explica por qué el apóstol anhelaba, que sus hermanos en Cristo, participaran abundantemente de ellas.