¿Cómo oír a Dios?Muestra

Las Escrituras son palabras seguras

Leamos la Palabra: la voluntad de Dios está en la Biblia; él nunca contradecirá lo que dijo en ella. En lugar de tratar de oír una voz, lo que tenemos que hacer es leer las Escrituras y buscar un versículo que el Señor use para hablarnos. Habacuc dijo que esperaría hasta ver qué decía Dios. Cuando queremos escucharlo, generalmente anhelamos hacerlo audiblemente, pero debemos leer lo que ya dijo porque nunca manifestará algo distinto a lo que escribió. No tenemos que buscar de un lugar a otro una porción en particular, ¡no! En mi experiencia, Dios me habla aun en los libros complicados de las Escrituras. Eso es lo milagroso, sobrenatural; el Señor se manifiesta en el sitio en el que estamos en la lectura de su Palabra.

Escribamos: pongamos en papel las ideas que recibimos en nuestro tiempo de oración. El Señor le dijo a Habacuc que escribiera sus respuestas con claridad. Anotemos lo que recibamos en nuestra lectura. ¿Sabían que la mayoría de las canciones de El Lugar de Su Presencia, Dios se las dio a mi esposa durante sus oraciones? Si las nuestras se convirtieron en una rutina, necesitamos escribirlas; eso hizo David y gracias a eso tenemos los Salmos. Muchas veces le hizo preguntas al Señor y anotaba lo que él le decía. Lo bueno de plasmar nuestras oraciones es que nos mantiene enfocados y nos ayuda a tener presente lo que creemos que Dios nos dijo para ver si verdaderamente esa palabra viene de él. Ese versículo, sentir, pensamiento..., ¿es de Dios? ¡Contrastémoslo con la Biblia!