¿Cómo oír a Dios?Muestra
Sin afanes
Esperemos: El afán mata la oración. Dios habla a los que saben esperar y toman tiempo para escucharlo. En Salmos, nos dice que nos quedemos quietos y sepamos que él es el Señor. Si vamos a charlar con Dios y estamos apurados, no perdamos el tiempo, él les habla a los que esperan hasta que algo sucede y eso no es fácil. En otro Salmo, David dice que con paciencia aguardó a que el Señor lo ayudara. No dice cuánto; a veces con Dios todo se demora, pero después dice que él se fijó en David y oyó su clamor.
Esperar significa aquietar nuestros pensamientos porque, cuando oramos, inmediatamente a nuestra mente llegan una cantidad de tareas..., cosas buenas que tenemos que hacer, pero que curiosamente vienen en ese instante. Entonces, si se nos olvidó algo, oremos porque el diablo nos lo recordará justo en ese momento, pero como nuestro objetivo es que esos pensamientos no sean un obstáculo, lo que hacemos es escribirlos y luego llevar cautivas esas ideas para que obedezcan a Dios. Lo siguiente que hacemos es calmarnos, silenciar nuestras heridas emocionales porque siempre las tendremos, todos los días pasa algo que nos lastima y duele, y en el tiempo que esperamos las sanamos; el secreto para hacerlo es perdonar —«en el nombre de Jesús perdono a… por lo que hizo»— porque la amargura bloquea la gracia del Señor.
Mientras esperamos, pongamos alabanza y adoración porque, como dice la canción de Danilo Montero, cuando cantamos, nuestro espíritu se une al de Dios y, cuando eso pasa, lo escuchamos.
Escrituras
Acerca de este Plan
En este devocional encontraremos la mejor manera de oír a Dios. Para escucharlo, hagamos lo que nos dice. No se trata de «háblame y decidiré si lo hago », sino «te obedeceré».
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Nos gustaría agradecer a Andrés Corson en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: http://supresencia.com y http://www.elcentronetwork.com.