Un nuevo corazónMuestra
El corazón, decisiones y anhelos
Todo lo que decido, emana de mi corazón. Yo lo decidí, salió de mi corazón. Mis decisiones son reguladas por pensamientos, o por las inclinaciones de mi corazón, incluso por emociones; pero finalmente es el corazón el que decide. Sentimientos, inclinaciones, anhelos e intenciones, son variantes de las cosas que están dentro del corazón y que gobiernan mi vida si se los permito.
Dios no busca decisiones firmes, Él busca decisiones sabias. Existe gente que dice: «yo soy de decisiones firmes y cuando yo decido algo, se hace y no hay vuelta atrás». ¡Eso está mal!, porque las decisiones que Dios espera no se deben tomar así; cuando tomamos una decisión y después entendemos que por más radical que fue, no era sabia, debemos cambiarla. Muchas veces se ve como virtud que alguien tenga decisiones firmes y eso no es así.
En la Escritura encontramos la historia de un hombre conocido como Faraón, él era de decisiones bien firmes una de ellas fue: ¡no voy a dejar que Israel se vaya! Evidentemente era un hombre de decisiones firmes, pero esa en particular, no fue una decisión sabia. Una vez más insisto: ¡Dios no quiere que seas una persona de decisiones firmes, sino de decisiones sabias! «Yo decidí firmemente separarme de mi esposa», no es una decisión sabia; no porque sea firme es correcta.
La Palabra declara en el libro de Hebreos, que debemos ser cuidadosos de nuestro corazón, pues eso traerá incredulidad y hará que nos apartemos de Dios. El problema del hombre, es un problema de corazón, es un problema acerca de los cuatro aspectos de la naturaleza humana que hemos tratado en éste devocional: pensamientos, sentimientos, inclinaciones y decisiones; pero no son tan solo esos.
También están los anhelos, las cosas que son de valor para mí, las que quisiera tener. Por ejemplo, a Salomón Dios le dijo: ¡pídeme lo que quieras!, y ¿qué fue lo que Salomón pidió? Él pidió sabiduría. Tenía un anhelo en su corazón y era ser sabio. Si Dios te permitiera escoger un deseo, satisfacer un anhelo; al mejor estilo de Aladino, ¿qué pedirías? Algunos pedirían, dame un esposo nuevo, guapo, joven, millonario, fiel; otros pedirían un Ferrari, o un Maserati, o cualquier otro tipo de cosas. Eso en que pensaste, es tu anhelo y eso revela la condición de tu corazón.
Escrituras
Acerca de este Plan
En nuestra vida sin Cristo, caminábamos con un corazón gobernado por situaciones y circunstancias que nos hacían ver a través de nuestros sentimientos, pensamientos, e incluso, malas intenciones. Solo la obra de Dios y su mano, como la de un experto cirujano, podían hacer en nosotros ese trasplante maravilloso; de un corazón viejo de piedra, a uno nuevo de carne.
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Nos gustaría dar las gracias al Gerardo Cárdenas en convenio con El Centro Network por proporcionarnos este plan. Para más información, por favor visitar: http://www.enelcentro.org y http://www.elcentronetwork.com