Un nuevo corazónMuestra
El corazón y los sentimientos
Cuando la Palabra habla del corazón, no solo tiene que ver con los pensamientos, también expresa que tiene que ver con los sentimientos. Un ejemplo es el cariño, rechazo, temor, valor, alegría, tristeza, ánimo y desanimo; ya no son pensamientos; sino que tienen que ver con nuestros sentimientos. Lo que siento por una determinada persona, indica la posición de mi corazón hacia dicha persona.
Generalmente, los sentimientos gobiernan a la mayoría de las personas. Una humanidad lejos de Dios, hace que personas que no tienen a Cristo como fundamento de sus vidas, personas que no son gobernadas por la vida del Espíritu, lleguen a ser total y absolutamente gobernadas por su corazón, es decir, por su alma. Todo lo que sienten en su corazón, es lo que deciden hacer; ¿por qué lo deciden? «Porque así lo sentí en mi corazón», es la respuesta.
Existen muchas personas, que de manera errónea aconsejan «haz lo que sientas en tu corazón», ¿lo has escuchado? ¡Qué error tan grande y tan grave!, porque la Escritura dice que el corazón del hombre es engañoso, es decir, con un consejo así, están dirigiendo a las personas hacia un engaño, hacia una frustración, hacia un error.
Las personas suelen expresar frases como: sentí lástima y le hice el favor; sentí odio y le pegué; sentí coraje y le grité; sentí valor y me atreví; sentí desánimo y no terminé; sentí pereza y no fui; sentí mucha alegría y me equivoqué; sentí necesidad y me endeudé. No nos podemos mover por lo que sentimos, mucha gente hace o deja de hacer cosas «porque sintió». Eso es el corazón, el cual trata de gobernar tu vida; trata de indicarte, decirte o conducirte, hacia lo que debes o no debes hacer.
Como pastor, muchas veces en mi corazón siento no ir a la congregación a compartir; porque estoy cansado, o por cualquier otra cosa, pero no me puedo mover por los pensamientos o sentimientos que mi corazón me dicte, sino que decido caminar por lo que yo sé que es correcto. El corazón nos puede llevar a tomar decisiones incorrectas, si permitimos que sea el corazón el que gobierne.
Escrituras
Acerca de este Plan
En nuestra vida sin Cristo, caminábamos con un corazón gobernado por situaciones y circunstancias que nos hacían ver a través de nuestros sentimientos, pensamientos, e incluso, malas intenciones. Solo la obra de Dios y su mano, como la de un experto cirujano, podían hacer en nosotros ese trasplante maravilloso; de un corazón viejo de piedra, a uno nuevo de carne.
More
Nos gustaría dar las gracias al Gerardo Cárdenas en convenio con El Centro Network por proporcionarnos este plan. Para más información, por favor visitar: http://www.enelcentro.org y http://www.elcentronetwork.com