La unción del Espíritu Santo Muestra

¿Qué es el ungimiento? 

Sin duda alguna, el ungimiento o unción es el Espíritu Santo, ya que, según 1 Juan, esa unción enseña. Esto nos sugiere claramente que la unción es una persona y no una experiencia. El Espíritu Santo de Dios, que mora en cada creyente tiene el ministerio especial, de enseñarnos respecto a la persona de Cristo. 

¿Quién tiene esta unción o ungimiento? 

Parece bastante claro que se da la unción a todos los cristianos, ya que reciben el Espíritu Santo en el momento cuando creen en Jesucristo. Es el sello que Dios establece para los suyos, como lo expresa Pablo en la carta a los Efesios: «…fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa». Por lo general, decimos que el Espíritu Santo de Dios mora en nosotros, por el hecho de haberlo recibido cuando creímos en Cristo como Salvador y, su estancia en nosotros, constituye la gran evidencia de salvación. Romanos lo dice claramente: «Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Él». Si el Espíritu es el ungimiento o unción, entonces todos los cristianos deben tener esa unción porque los que no tienen al Espíritu, no son de Cristo. ¿En qué momento se recibe esa unción o ungimiento? 

En Juan 14, Jesús dijo que Él oraría al Padre para que diese otro Consolador, y que ese Consolador estaría con nosotros para siempre. Vemos que este Consolador, no sólo moraría con nosotros sino que estaría en nosotros. Él envío del Espíritu Santo bajo esta nueva modalidad, para morar dentro de cada cristiano en forma permanente, se cumplió por primera vez el Día de Pentecostés, día que marca el nacimiento de la iglesia. 

Desde aquel Día de Pentecostés, en el mismo instante en que cree, todo creyente es bautizado en el cuerpo de Cristo y, a la vez, se le da el Espíritu Santo de Dios como residente permanente. En su obra clásica sobre el Espíritu Santo de Dios, el Dr. John Walvoord escribe: «Un estudio cuidadoso de las siete referencias a la unción del Espíritu Santo… revela que cada vez que se usa la palabra ungir o unción en relación con el Espíritu, puede ser interpretado con toda seguridad como que se refiere a ese acto inicial de establecer residencia. El vocablo que se traduce ungir o unción, se utiliza en el sentido de algo que se aplica; y existe una cierta correspondencia, en lo esencial, con el uso que se le da al aceite como tipo del Espíritu. La presencia del Espíritu, es el resultado de la unción y todas las referencias a la unción del Espíritu se usan en este sentido».