La unción del Espíritu Santo Muestra
El bautismo del Espíritu Santo, solamente para la iglesia
Ahora podemos afirmar con claridad que el bautismo del Espíritu Santo es solamente para la era de la iglesia; un hecho universal para todos los creyentes; una verdad posicional y no de experiencia; un hecho consumado e instantáneo y no una acción repetida.
Un estudio cuidadoso de la segunda carta a los Corintios, referido a la obra bautismal del Espíritu Santo nos servirá como el fundamento necesario para interpretar todos los otros pasajes conexos. Habiendo establecido esta base para nuestra reflexión, sigamos adelante considerando el malentendido que tiene que ver con el ungimiento o la unción del Espíritu Santo.
Muchos creen que la unción del Espíritu, es una experiencia posterior a la de la salvación, una experiencia que le da al cristiano un poder especial en algunas áreas de ministerio. En nuestros tiempos muchos maestros carismáticos, han saturado al público cristiano con enseñanzas erradas respecto a la unción del Espíritu de Dios. Argumentan, que se evidencia por ser «degollados en el Espíritu», e incluso por estar «embriagados en el Espíritu».
Aceptar tal enseñanza, lleva a muchos de nuestros hermanos en Cristo, a procurar experiencias fuera de la Biblia y que terminan siendo, en la mayoría de los casos, antibíblicas. Por eso el propósito en este estudio, es examinar lo que la Biblia enseña en cuanto a la unción del Espíritu y luego establecer su aplicación en la vida cristiana.
Una definición bíblica
En el texto griego original, la palabra usada para «ungir», es la palabra «chri». La raíz de la palabra ocurre solo cinco veces en el Nuevo Testamento, pero igualmente ocupa un lugar destacado en toda la Biblia. Por ejemplo, lo podemos ver en el modo en que Israel señalaba a sus hombres especiales dedicados al servicio de Dios. Vemos el ungimiento de profetas, sacerdotes y reyes; en todas estas unciones parece relacionarse con el punto inicial del servicio especial de cada uno de ellos para Dios.
En el Nuevo Testamento, la idea de unción adquiere un sentido sumamente especial, ya que el nombre Cristo, es precisamente un derivado del verbo griego «chri». Nos damos cuenta, entonces, porque a Cristo se lo denominaba «el Ungido». De esta forma, la palabra «ungir» aparece 529 veces en el Nuevo Testamento.
Escrituras
Acerca de este Plan
Quizás no haya doctrina bíblica peor entendida, en la iglesia de nuestros tiempos, que la doctrina que se refiere al Espíritu Santo de Dios. Y como resultado de esa falta de entendimiento respecto a la persona y obra del Espíritu Santo, tenemos los dos problemas principales que aquejan a la iglesia hoy: la apatía y la ignorancia. Analicemos en este devocional a profundidad este tema.
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Nos gustaría agradecer a José Jordán en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.palabradevida.org.ar y www.elcentronetwork.com