Por esta causa doblo mis rodillasMuestra
La oración apostólica tiene sentido de entrega
Una actitud de entrega, rendición, honra y reconocimiento, ante Dios. Postrándose ante el Padre, de rodillas y con la cabeza inclinada hacia la tierra, como alguien que hace una reverencia y trae un asunto de suma urgencia a un rey poderoso; recordemos que para los judíos la posición más común para orar era de pie.
Esta entrega se realiza de manera definitiva en la obediencia al Padre. No puede haber entrega cuando todavía está en disputa mis puntos de vista con lo que el Padre habla. No puede haber entrega, si la prioridad está en lo que pienso. No, la prioridad no está en mis ideas, mis opiniones o pensamientos que todavía están viciados por una naturaleza «bios». Es necesario entender en este punto, que el sentido de entrega va de la mano con la madurez del hijo de Dios que se somete a los pensamientos de Dios porque tiene la mente de Cristo.
La oración apostólica tiene que ver con la mentalidad de los espirituales. Quienes entendieron que no se trata de lo que hombre haya realizado, sino de lo que Dios hace en cada uno. Aquellos que no andan en celos ni contiendas. Aquellos quienes no se disputan sus seguidores. Porque entendieron que no se trata de ellos sino de Cristo. Han entendido que por la gracia de Dios que le ha sido dada es que puede edificar en la iglesia, por eso vive la entrega.
La entrega en colocar el fundamento y edificar el cuerpo de Cristo, demanda que la intimidad con el Padre sea permanente. No casual. No temporal. No determinada por circunstancias, sino por la identidad de quienes somos en Cristo. Entonces, podremos trabajar entregados a la causa que nos trajo a existencia. Que se nos ilumine, el Cristo que nos habita, para que el propósito eterno sea cumplido. Y tú, ¿ya doblaste rodillas por esta causa? O sigues orando por tus necesidades materiales, por el dinero para pagar tu arriendo, tus cuentas, para pagar el estudio de tus hijos, por tu salud, por tu mercado, por tus vacaciones, por cualquier otra cosa. No que lo mencionado anteriormente, no sea importante, pero no es la causa que te trajo a existencia. No existes solo para tener un trabajo, llevar un mercado a tu casa o pagar tus cuentas. Si esa fuera la razón de nuestra existencia, entonces, esta vida no tendría sentido.
Acerca de este Plan
Esta oración apostólica, motivo del presente plan devocional, nos ilustra de manera magistral cómo Dios espera que nos enfoquemos en la manera correcta de orar, entendiendo que no oramos desde nuestra alma, sino desde el hombre espiritual, que se fortalece en el poder de su resurrección.
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Nos gustaría agradecer a Basilio Patiño en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.redrema.org www.elcentronetwork.com