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Atletismo espiritual

DÍA 7 DE 7

Prosiguiendo hacia la meta

«Profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura». Esaú era una persona «profana». La palabra que se traduce «profano» quiere decir «accesible». La parte externa del templo, donde cualquiera podía acceder recibía este nombre. Esta apertura indiscriminada lo expuso a las malas influencias que contaminaron su vida. Es necesario que nosotros seamos abiertos a Dios, pero cerrados al pecado. ¿Eres tú accesible? ¿Eres presa fácil para el maligno? Si es así, entonces hay muchas probabilidades de que no termines la carrera. 

Esaú hizo una evaluación. Calculó el costo que debía ser pagado y decidió que un plato de comida en el presente valía más que su primogenitura por toda la vida. ¿Cómo es tu escala de valores? ¿Qué ocupa el primer lugar? ¿Qué es lo que consideras valioso cuando evalúas las cosas?

Al considerar tu vida no dejes de ser consciente de que existen placeres y personas que tratarán de seducirte para que cometas pecados. ¿Sabes lo que Dios está diciendo? ¡Evalúa! ¡Haz números! ¡Haz un balance en una hoja y descubrirás que, simplemente no vale la pena! 

La tragedia de este texto es que para Esaú «no hubo oportunidad para el arrepentimiento». El pasaje dice «… aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento….», Esaú fue «desechado», es decir que fue reprobado. Evitar un veredicto similar de parte de Dios fue la motivación del apóstol Pablo cuando escribió: «Golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado». Pablo disciplinaba sus apetitos carnales a fin de no ser reprobado, en sus palabras, eliminado del servicio a Dios y resultando entonces incapaz de tener un buen final. 

Es importante, que pensando en todas estas cosas, entendamos que Dios quiere que terminemos bien y que podemos hacerlo. Dios ha provisto todo lo necesario para que corramos la carrera hasta el final, pero nunca cumpliremos sus expectativas sin mantener la vista fija en el sendero que estamos recorriendo. 

Propongámonos mantener la mente enfocada en la meta, como lo hacen los atletas que ganan las carreras, de manera que podamos presentarnos delante de Dios habiendo acabado la carrera con un buen final. Recuerda siempre que tenemos que llevar adelante una vida celestial en un mundo terrenal.    

Día 6

Acerca de este Plan

Atletismo espiritual

Una comparación de nuestra vida espiritual, con la preparación y dificultades que tienen los atletas. Paso a paso, el autor nos lleva a comprender que no es fácil, pero que sujetos y sumisos al Señor, todo es posible, dejándonos en claro que vivimos una vida celestial en un mundo terrenal. 

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Nos gustaría agradecer a José Jordán en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.palabradevida.org.ar y www.elcentronetwork.com