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Eficiencia versus deficiencia

¡Degeneración! «Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios». La frase «deje de alcanzar» habla de «ser deficiente». La idea es la de ser dejado atrás en una carrera o de no poder llegar a una meta. El mismo concepto se puede ver en otra porción de Hebreos: «Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado». Aquí aparece la misma palabra en el original traducida como «no haberlo alcanzado». La idea nuevamente es la de no llegar a la meta que se pretendía alcanzar. Al considerar lo que dice el escritor de Hebreos vemos que hace una advertencia contra el peligro de no alcanzar la gracia de Dios por el hecho de haberse contaminado. 

La gracia de Dios es una provisión maravillosa que no merecemos. Esa provisión es para la salvación pero también lo es para la santificación y el servicio. Diciéndolo de otro modo, no sólo somos salvos por gracia, sino que también somos santificados por gracia y por la gracia de Dios le servimos. 

Una de las primeras cosas que se puede contaminar es nuestra actitud. La gente dice a menudo que lo único que importa son las acciones pero recordemos que lo que realmente genera nuestras acciones son nuestras actitudes. Tal como es tu actitud, así serán tus acciones. Aquí el escritor de Hebreos da justo en el blanco, en cuanto a la actitud que te puede contaminar. Esa actitud se denomina amargura. 

«Que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados». «Raíz de amargura» es una frase que introduce el concepto de una planta venenosa que está brotando, en griego, germinando, a fin de perturbarte, agobiarte o hacerte enojar y que, si tiene éxito, te contaminará. He conocido a tantas personas cuya vida ha sido destruida por una raíz de amargura, que no es un mal menor. 

¿Cómo deja alguien que la raíz de amargura germine en su interior, enviando el veneno a través de sus venas hasta contaminarlo todo, y no sólo a su persona sino también a los que le rodean? Esto sucede al no saber manejar el enojo de la manera apropiada, al no existir el perdón y al creer que con dejar pasar el tiempo la herida sanará.