Atletismo espiritualMuestra

Hacer trampa

¡Desvíos! «Y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado». Hacer el camino derecho. En otras palabras, no cambiar el rumbo. Permíteme recordarte que esta vida es una maratón y que no hay atajos. 

Una de las cosas que sucede en la vida de muchos, especialmente jóvenes, es que quieren tomar el camino fácil. Creen que están acelerando el camino por un atajo, pero en realidad es un desvío. 

Debemos recordar que el diablo es especialista en presentarnos alternativas simples, atractivas y fáciles, que lograrán que no terminemos la carrera. Se atraviesan en tu camino cosas simples que, al principio parecen inocentes pero que, si no eres sabio, pueden hacer que te desvíes. 

Esto a menudo le sucede a un alumno en relación con sus hábitos de estudio. Creen que lo importante es zafarse de la situación, pero poco después, descubren que el atajo es como un camino sin salida, porque no tienen la capacidad de hacer lo correcto. 

Pablo le escribió al joven Timoteo: «Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado» La palabra «procura» quiere decir «estudia», la cual acompañada de la frase «con diligencia» habla de un estudio minucioso, refiriéndose a que es algo que requiere trabajo. No te desvíes. Recuerda que las Escrituras dicen que debe haber diligencia. Esto también significa dedicación. 

Pablo volvió a escribir: «el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente». Pablo utilizó aquí la imagen de un corredor que termina la carrera, pero que no será «coronado». Las coronas eran recompensas que se les daban en los juegos olímpicos, a los que completaban la carrera con éxito, siempre y cuando obedecieran las reglas. Una de las maneras más rápidas de ser descalificado de una carrera era y sigue siendo, tomar un atajo, pues es considerado como «hacer trampa». Así que, aquí vemos una vez más, que si queremos tener un buen final en la carrera de la vida, entonces no debemos desviarnos.