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Escasez de energías: entrenamiento

¿Desánimo? «Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas». ¡Levanten las manos! ¡Levanten esas débiles rodillas! Este es un cuadro vívido de una persona que está desanimada. Pero, ¿qué es lo que provoca el desánimo? 

La frase, «por lo cual», señala los versículos previos que hablan acerca de la disciplina de Dios aplicada al creyente. La Biblia enseña que todo hijo de Dios está sujeto a la disciplina que Dios aplica, a fin de que podamos ser participantes de su santidad. 

Permíteme recordarte que la vida realmente exitosa es aquella que está signada por la disciplina. Dios hará que, en la carrera de la vida, atravesemos momentos de disciplina, desafíos, dificultades o de pruebas, a fin de resultar mejores en consecuencia. 

Algunas personas se desaniman al ser disciplinados por Dios, cuando debieran estar felices que el Señor los trata como hijos. Quizá hoy leyendo esto y en medio de la carrera, en verdad te sientes desanimado. Dios te dice ahora: «Levanta esas manos y esas rodillas débiles». 

A menudo los corredores llegan a un punto en el que parece que no les queda más reserva de energía, creen que no les queda nada y les cuelgan los brazos y se les debilitan las rodillas. Dios quiere, que mientras corramos la maratón de la vida, atravesando disciplinas y rutinas diarias, no permitamos que el desánimo nos haga abandonar antes de cruzar la línea de llegada. 

Francamente todos tenemos tendencia a desanimarnos. Hubo ocasiones en las que dije: «¿Para qué dar otro paso?». Pero comprendí que la razón por la cual tendemos a desanimarnos es porque somos de carne. Es aquí donde Dios dice: «¡Levanta las manos! ¡Fortalece esas rodillas débiles!».

¿Cómo levantar las manos en medio del desánimo, en medio de las disciplinas de la vida? ¿Cómo fortalecer las rodillas débiles? Esperando pacientemente en Dios, permitiendo que la disciplina sea aplicada completamente a fin de concretar su propósito. Esto lo llevas a cabo, sabiendo todo el tiempo que Dios te ama, que tiene un plan para tu vida y que mantendrá esa llama ardiendo dentro de ti en tanto te mantengas sumiso a Él. 

Por el contrario, si nos negamos a someternos a su disciplina, entonces nos exponemos a caer en el desánimo, lo cual traerá como consecuencia la imposibilidad de completar la carrera.

He descubierto, que si no medito diariamente con el Señor en su Palabra y recargo las baterías espirituales, estoy expuesto a desanimarme. 

Siendo fieles en esta área entenderemos que las disciplinas de la vida, son parte del plan de Dios para conformarnos a la imagen de Cristo. La negligencia en esta área, ha hecho que muchos individuos no tuviesen un buen final.