Antiguo y NuevoMuestra

Una vez, la sangre hizo que el ángel de la muerte pasara de largo

El juicio de Dios sigue al pecado humano. Siempre. Universalmente. Inevitablemente. Ese juicio descendió estruendosamente sobre los egipcios, que habían esclavizado al pueblo de Israel. Sin embargo, los israelitas también eran pecadores, y también estaban en riesgo ante el ángel de la muerte.

Pero la misericordia de Dios siempre ofrece un escape del juicio, y su Palabra nos muestra el camino. Por medio de Moisés, Dios les dijo a los creyentes que había en Israel: “Salid y buscad corderos para vuestras familias, y sacrificad la pascua. Tomad un manojo de hisopo, mojadlo en la sangre que estará en un lebrillo, y untad el dintel y los dos postes con la sangre que estará en el lebrillo. . . . Jehová pasará hiriendo a los egipcios, y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará Jehová de largo por aquella puerta, y no dejará entrar al heridor en vuestras casas para herir” (Éxodo 12:21-23). El ángel de la muerte pasó de largo sobre Israel y los liberó de la esclavitud.

Todo Israel debía celebrar este "Paso de largo" cada año. No debía haber levadura (que representa simbólicamente el pecado) en ninguna de las casas, durante una semana (eso dio lugar al otro nombre de la celebración: la "Fiesta de los Panes sin Levadura").

Cuando lea acerca de la Pascua, piense con cuidado en el terrible costo del pecado y también en el inmenso amor redentor y en el poder de un Dios decidido a liberar a su pueblo.Una vez, la sangre hizo que el ángel de la muerte pasara de largo

El juicio de Dios sigue al pecado humano. Siempre. Universalmente. Inevitablemente. Ese juicio descendió estruendosamente sobre los egipcios, que habían esclavizado al pueblo de Israel. Sin embargo, los israelitas también eran pecadores, y también estaban en riesgo ante el ángel de la muerte.

Pero la misericordia de Dios siempre ofrece un escape del juicio, y su Palabra nos muestra el camino. Por medio de Moisés, Dios les dijo a los creyentes que había en Israel: “Salid y buscad corderos para vuestras familias, y sacrificad la pascua. Tomad un manojo de hisopo, mojadlo en la sangre que estará en un lebrillo, y untad el dintel y los dos postes con la sangre que estará en el lebrillo. . . . Jehová pasará hiriendo a los egipcios, y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará Jehová de largo por aquella puerta, y no dejará entrar al heridor en vuestras casas para herir” (Éxodo 12:21-23). El ángel de la muerte pasó de largo sobre Israel y los liberó de la esclavitud.

Todo Israel debía celebrar este "Paso de largo" cada año. No debía haber levadura (que representa simbólicamente el pecado) en ninguna de las casas, durante una semana (eso dio lugar al otro nombre de la celebración: la "Fiesta de los Panes sin Levadura").

Cuando lea acerca de la Pascua, piense con cuidado en el terrible costo del pecado y también en el inmenso amor redentor y en el poder de un Dios decidido a liberar a su pueblo.