Antiguo y NuevoMuestra

Antes, se recordaba el día sábado

Dios dispuso ritmos regulares en la vida de los creyentes en el Antiguo Testamento, y ninguno era más importante que el semanal Sabbath (en hebreo, “sha-BATH” significa “descanso”). El ciclo fue diseñado a partir del ciclo inicial de la creación de Dios, en el cual llamó a la existencia a todo el universo, de domingo a viernes. Dios dijo que el primer sábado fue un día de descanso, durante el cual disfrutó de su creación perfecta y de su relación perfecta con los dos primeros seres humanos, Adán y Eva.

Para sus hijos menores de edad, Dios instituyó la observancia obligatoria semanal: “Así que guardaréis el sábado, porque santo es para vosotros; el que lo profane, de cierto morirá. Cualquier persona que haga alguna obra en él, será eliminada de su pueblo. Seis días se trabajará, pero el día séptimo es día de descanso consagrado a Jehová” (Éxodo 31:14,15).

Hay razones menores para esta ley, que es el tercer mandamiento: Dios aprueba aquí el concepto de tiempo de reposo, para recargar el cuerpo. El trabajo es bueno, pero Dios no espera que se trabaje los siete días de la semana. Es bueno tener también un poco de tiempo para la familia.

La mayor razón, sin embargo, era hacer énfasis en el mayor tesoro de los israelitas, que era su relación con Dios. El fundamento de sus días de reposo sabático no consistía en no trabajar, sino en apartar el tiempo para la adoración y la alabanza, para estudiar la Palabra, y disfrutar del lugar en la familia y el favor de Dios.Antes, se recordaba el día sábado

Dios dispuso ritmos regulares en la vida de los creyentes en el Antiguo Testamento, y ninguno era más importante que el semanal Sabbath (en hebreo, “sha-BATH” significa “descanso”). El ciclo fue diseñado a partir del ciclo inicial de la creación de Dios, en el cual llamó a la existencia a todo el universo, de domingo a viernes. Dios dijo que el primer sábado fue un día de descanso, durante el cual disfrutó de su creación perfecta y de su relación perfecta con los dos primeros seres humanos, Adán y Eva.

Para sus hijos menores de edad, Dios instituyó la observancia obligatoria semanal: “Así que guardaréis el sábado, porque santo es para vosotros; el que lo profane, de cierto morirá. Cualquier persona que haga alguna obra en él, será eliminada de su pueblo. Seis días se trabajará, pero el día séptimo es día de descanso consagrado a Jehová” (Éxodo 31:14,15).

Hay razones menores para esta ley, que es el tercer mandamiento: Dios aprueba aquí el concepto de tiempo de reposo, para recargar el cuerpo. El trabajo es bueno, pero Dios no espera que se trabaje los siete días de la semana. Es bueno tener también un poco de tiempo para la familia.

La mayor razón, sin embargo, era hacer énfasis en el mayor tesoro de los israelitas, que era su relación con Dios. El fundamento de sus días de reposo sabático no consistía en no trabajar, sino en apartar el tiempo para la adoración y la alabanza, para estudiar la Palabra, y disfrutar del lugar en la familia y el favor de Dios.