Antiguo y NuevoMuestra

Ahora, se circuncidan los corazones

Los líderes religiosos son a veces los peores delincuentes: con demasiada frecuencia nos gusta hacer reglas para que los demás las obedezcan. Y además de eso, Satanás siempre quiere convencer a las personas de que el camino a la aprobación de Dios es por desempeño, por las cosas que hagamos para trabajar a favor de Dios.

Después del nacimiento del Salvador, la marca especial del pacto, la circuncisión en los hombres, se hizo innecesaria. Los padres de hoy pueden decidir que sus hijos recién nacidos sean circuncidados o no, pero el procedimiento ya no tiene ningún significado religioso en el Nuevo Pacto.

Pasó un tiempo antes de que los judíos cristianos dejaran de ordenar esa práctica. Pablo les advirtió que no debían imponer leyes que Dios había abolido: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. . . . si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo . . . porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor” (Gálatas 5:1-6).

Si quieren cortar algo, les dijo metafóricamente, corten su corazón, es decir, arrepiéntanse de sus pecados, pidan el perdón de Cristo y dedíquense a una nueva vida de servicio a Dios y al prójimo.Ahora, se circuncidan los corazones

Los líderes religiosos son a veces los peores delincuentes: con demasiada frecuencia nos gusta hacer reglas para que los demás las obedezcan. Y además de eso, Satanás siempre quiere convencer a las personas de que el camino a la aprobación de Dios es por desempeño, por las cosas que hagamos para trabajar a favor de Dios.

Después del nacimiento del Salvador, la marca especial del pacto, la circuncisión en los hombres, se hizo innecesaria. Los padres de hoy pueden decidir que sus hijos recién nacidos sean circuncidados o no, pero el procedimiento ya no tiene ningún significado religioso en el Nuevo Pacto.

Pasó un tiempo antes de que los judíos cristianos dejaran de ordenar esa práctica. Pablo les advirtió que no debían imponer leyes que Dios había abolido: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. . . . si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo . . . porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor” (Gálatas 5:1-6).

Si quieren cortar algo, les dijo metafóricamente, corten su corazón, es decir, arrepiéntanse de sus pecados, pidan el perdón de Cristo y dedíquense a una nueva vida de servicio a Dios y al prójimo.