Antiguo y NuevoMuestra
Antes, comían kosher
Los israelitas fieles tenían grandes restricciones en la dieta, no porque hubiera algo pecaminoso o antihigiénico en ciertos alimentos, sino como una forma de abnegación. Las leyes de kosher hacían énfasis en la singularidad de Israel. Si no podían comer en la casa de un gentil, era más probable que permanecieran unidos a otros israelitas y no perdieran su cultura y su sistema de creencias.
El Levítico detalló estrictas leyes dietéticas para Israel: “Esta es la ley acerca de las bestias, de las aves, de todo ser viviente que se mueve en las aguas y de todo animal que se arrastra sobre la tierra, para que hagáis distinción entre lo inmundo y lo limpio, y entre los animales que se pueden comer y los animales que no se pueden comer” (Levítico 11:46,47).
La carne de cerdo y los mariscos estaban vedados, no porque Dios tuviera algo en contra de estos dos deliciosos alimentos, sino para mantener a Israel consciente de que era un pueblo apartado. Esas complejas normas sobre la dieta tenían el propósito de que los israelitas pensaran siempre en la pureza. Las complicadas reglas sobre el sacrificio de los animales tenían el propósito de que los israelitas pensaran siempre en la sangre del pacto, no porque hubiera algo esencialmente impuro en asar la carne de la que no se haya drenado totalmente la sangre.
La estrategia de mantener separado al pueblo de Israel funcionó. Ahora, la gran misión es ponernos en contacto y conectarnos con el mundo para compartir la buena noticia. Comer juntos es una gran manera de acercarse a la gente.
Los israelitas fieles tenían grandes restricciones en la dieta, no porque hubiera algo pecaminoso o antihigiénico en ciertos alimentos, sino como una forma de abnegación. Las leyes de kosher hacían énfasis en la singularidad de Israel. Si no podían comer en la casa de un gentil, era más probable que permanecieran unidos a otros israelitas y no perdieran su cultura y su sistema de creencias.
El Levítico detalló estrictas leyes dietéticas para Israel: “Esta es la ley acerca de las bestias, de las aves, de todo ser viviente que se mueve en las aguas y de todo animal que se arrastra sobre la tierra, para que hagáis distinción entre lo inmundo y lo limpio, y entre los animales que se pueden comer y los animales que no se pueden comer” (Levítico 11:46,47).
La carne de cerdo y los mariscos estaban vedados, no porque Dios tuviera algo en contra de estos dos deliciosos alimentos, sino para mantener a Israel consciente de que era un pueblo apartado. Esas complejas normas sobre la dieta tenían el propósito de que los israelitas pensaran siempre en la pureza. Las complicadas reglas sobre el sacrificio de los animales tenían el propósito de que los israelitas pensaran siempre en la sangre del pacto, no porque hubiera algo esencialmente impuro en asar la carne de la que no se haya drenado totalmente la sangre.
La estrategia de mantener separado al pueblo de Israel funcionó. Ahora, la gran misión es ponernos en contacto y conectarnos con el mundo para compartir la buena noticia. Comer juntos es una gran manera de acercarse a la gente.
Escrituras
Acerca de este Plan
Este plan de lectura le ayudará a apreciar la presencia de Dios en los milenios pasados y le ayudará a entender cómo hoy en día se relaciona usted con los planes de él.
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Nos gustaría agradecer a Tiempo de Gracia por proveer este plan. Para más información, por favor visite: www.timeofgrace.org