Porque me consumió el celo de tu casa;
Y los denuestos de los que te vituperaban cayeron sobre mí.
Lloré afligiendo con ayuno mi alma,
Y esto me ha sido por afrenta.
Puse además cilicio por mi vestido,
Y vine a serles por proverbio.
Hablaban contra mí los que se sentaban a la puerta,
Y me zaherían en sus canciones los bebedores.
Pero yo a ti oraba, oh Jehová, al tiempo de tu buena voluntad;
Oh Dios, por la abundancia de tu misericordia,
Por la verdad de tu salvación, escúchame.
Sácame del lodo, y no sea yo sumergido;
Sea yo libertado de los que me aborrecen, y de lo profundo de las aguas.
No me anegue la corriente de las aguas,
Ni me trague el abismo,
Ni el pozo cierre sobre mí su boca.
Respóndeme, Jehová, porque benigna es tu misericordia;
Mírame conforme a la multitud de tus piedades.
No escondas de tu siervo tu rostro,
Porque estoy angustiado; apresúrate, óyeme.
Acércate a mi alma, redímela;
Líbrame a causa de mis enemigos.
Tú sabes mi afrenta, mi confusión y mi oprobio;
Delante de ti están todos mis adversarios.
El escarnio ha quebrantado mi corazón, y estoy acongojado.
Esperé quien se compadeciese de mí, y no lo hubo;
Y consoladores, y ninguno hallé.
Me pusieron además hiel por comida,
Y en mi sed me dieron a beber vinagre.
Sea su convite delante de ellos por lazo,
Y lo que es para bien, por tropiezo.
Sean oscurecidos sus ojos para que no vean,
Y haz temblar continuamente sus lomos.
Derrama sobre ellos tu ira,
Y el furor de tu enojo los alcance.
Sea su palacio asolado;
En sus tiendas no haya morador.
Porque persiguieron al que tú heriste,
Y cuentan del dolor de los que tú llagaste.
Pon maldad sobre su maldad,
Y no entren en tu justicia.
Sean raídos del libro de los vivientes,
Y no sean escritos entre los justos.
Mas a mí, afligido y miserable,
Tu salvación, oh Dios, me ponga en alto.
Alabaré yo el nombre de Dios con cántico,
Lo exaltaré con alabanza.
Y agradará a Jehová más que sacrificio de buey,
O becerro que tiene cuernos y pezuñas;
Lo verán los oprimidos, y se gozarán.
Buscad a Dios, y vivirá vuestro corazón,
Porque Jehová oye a los menesterosos,
Y no menosprecia a sus prisioneros.
Alábenle los cielos y la tierra,
Los mares, y todo lo que se mueve en ellos.