Devocional: El esconditeMuestra
Cantos de victoria
Estaba sentada en la mecedora durmiendo al bebé (o por lo menos intentándolo). Cuando oí el crujido del tul en la otra habitación. El clic-clak de diminutos tacones de plástico se arrastraban por el suelo de madera hacia mí. Me volteé y vi dos caritas orgullosas que resplandecían de alegría con sus vestidos de princesa enormes y abundantes joyas. Pequeñas coronas adornaban sus cabezas rubias y el bebé, despierto ahora, rió deleitado al verlas.
“Mami, ¡Ponemos una canción! ¡Tenemos que bailar!”
Es una frase que oímos a menudo en nuestra casa llena de chicas. Les encanta poner música y hacer piruetas viendo sus vestidos girar hermosamente alrededor de ellas. Me encanta la parte del Salmo 32:7 que dice: “Me rodearas con cánticos de liberación”. La imagen de esas palabras es hermosa. Así como la imagen en frente de mi, de un baile contento y despreocupado.
Nuestros hogares se vuelven caóticos y abrumadores, incluso pueden volverse una carga. Pero debido a nuestra salvación tenemos gozo completo y total. Victoria. Podemos fallar miserablemente como madres cada día pero Él es victorioso. Podemos perder los estribos con nuestros esposos pero Él es victorioso. Podemos servir Cheetos con M&M’s para la cena (otra vez…), pero Él es victorioso.
“Gritos de júbilo y victoria resuenan en las casas de los justos" (Salmo 118:15).
Nuestro Dios es bueno, Él es más grande que todos nuestros fracasos y Él tomó nuestras faltas en la cruz. ¡Él venció todo para que nosotros podamos llenar nuestros hogares con canciones de gozo y victoria! Aun en nuestros momentos más débiles, ¡podemos encontrar gozo en Él! Sin importar que está saliendo mal o cuánto fallaste hoy, tu hogar es un sitio donde puedes gritar gozo y victoria a los cuatro vientos. Permite que Su dulce melodia cante a tu corazon. Deja que el bebé se salte una siesta para disfrutar un baile de princesas (¡o una fiesta de poderosos guerreros con sus hombrecitos!).
Aprovecha la preciosa vida y los momentos que te ha dado. ¡Regocíjate en la victoria que tenemos en Él!
Estaba sentada en la mecedora durmiendo al bebé (o por lo menos intentándolo). Cuando oí el crujido del tul en la otra habitación. El clic-clak de diminutos tacones de plástico se arrastraban por el suelo de madera hacia mí. Me volteé y vi dos caritas orgullosas que resplandecían de alegría con sus vestidos de princesa enormes y abundantes joyas. Pequeñas coronas adornaban sus cabezas rubias y el bebé, despierto ahora, rió deleitado al verlas.
“Mami, ¡Ponemos una canción! ¡Tenemos que bailar!”
Es una frase que oímos a menudo en nuestra casa llena de chicas. Les encanta poner música y hacer piruetas viendo sus vestidos girar hermosamente alrededor de ellas. Me encanta la parte del Salmo 32:7 que dice: “Me rodearas con cánticos de liberación”. La imagen de esas palabras es hermosa. Así como la imagen en frente de mi, de un baile contento y despreocupado.
Nuestros hogares se vuelven caóticos y abrumadores, incluso pueden volverse una carga. Pero debido a nuestra salvación tenemos gozo completo y total. Victoria. Podemos fallar miserablemente como madres cada día pero Él es victorioso. Podemos perder los estribos con nuestros esposos pero Él es victorioso. Podemos servir Cheetos con M&M’s para la cena (otra vez…), pero Él es victorioso.
“Gritos de júbilo y victoria resuenan en las casas de los justos" (Salmo 118:15).
Nuestro Dios es bueno, Él es más grande que todos nuestros fracasos y Él tomó nuestras faltas en la cruz. ¡Él venció todo para que nosotros podamos llenar nuestros hogares con canciones de gozo y victoria! Aun en nuestros momentos más débiles, ¡podemos encontrar gozo en Él! Sin importar que está saliendo mal o cuánto fallaste hoy, tu hogar es un sitio donde puedes gritar gozo y victoria a los cuatro vientos. Permite que Su dulce melodia cante a tu corazon. Deja que el bebé se salte una siesta para disfrutar un baile de princesas (¡o una fiesta de poderosos guerreros con sus hombrecitos!).
Aprovecha la preciosa vida y los momentos que te ha dado. ¡Regocíjate en la victoria que tenemos en Él!
Escritura
Acerca de este Plan
Hay veces que, como madre, solo quieres esconderte, quizás en la despensa con una barra de chocolate, ¿cierto? Esconderte de las tormentas de la vida, del peso de las responsabilidades, del ruido, la rutina. Esconderte de las cosas por hacer, de nuestro título. Solo esconderte, a solas con Jesús, donde le escuchemos llamarnos por nuestro nombre, donde le dejemos rodearnos con Sus cánticos de victoria.
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