La Puerta De Los LabiosMuestra
Lo que hablamos
Hay palabras que nos acompañan toda la vida y que, de alguna u otra forma, nos definen. El libro de Proverbios tiene consejos muy sabios acerca de la importancia que tienen las palabras en nuestras vidas. Es algo sobre lo que debemos meditar, es tan importante el asunto de las palabras que Prov. 18:21 dice: “La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos".
Por tanto, no es poca cosa y sí debemos ser cuidadosos de lo que hablamos, porque lo queramos o no, la lengua es un espejo de lo que hay en nuestro corazón. Jesús dijo que de la abundancia del corazón habla la boca (Lc. 6:45). No sé si les ha ocurrido, me imagino que sí, que han estado en alguna oficina esperando, o haciendo fila en algún lugar y de pronto escuchamos a alguien hablar que nos hace virar el rostro para ver quien se está expresando con palabras “tan lindas".
Hay personas que no les importa en qué lugar están y dejan ver con meridiana claridad lo que hay en sus corazones. Estos son los que “no tienen pelos en la lengua” y no piensan antes de hablar. Hay un dicho muy sabio que sería bueno que recordáramos en todo tiempo, “no hay mejor palabra que la que no se dice".
Y es que, para hablar bien, lo que agrada, lo que conviene, lo que bendice necesitamos tener un buen tesoro en nuestro corazón. Una fuente amarga no puede producir agua dulce (Stgo. 3:11). Cuidar lo que hablamos es muy importante, nuestras palabras son tan relevantes como nuestras acciones. A veces, una palabra puede sanar, reconfortar, aliviar los pesares de otros corazones.
El rey Salomón, de una forma poética muy hermosa, describió el valor de la palabra bien dicha. “Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene" (Prov. 25:11). Los que están a nuestro alrededor se benefician del fruto de nuestros labios cuando ese fruto es bueno. Hablar palabras de fe, positivas, agradables, compasivas, nos ayudan a bendecir a los que las escuchan.
El buen hablar puede ser aprendido, pero la sabiduría que adorna la boca del que habla es un don de Dios. El Espíritu Santo siembra en nosotros la Palabra de Dios a medida que la leemos y la escudriñamos. Nuestro ser se va llenando del consejo divino para todas las áreas de nuestra vida. A medida que vayamos llenando nuestra copa de su Palabra iremos desarrollando la capacidad del buen hablar, de reconocer cuando es mejor guardar silencio, porque “en los labios del prudente se halla sabiduría" (Prov. 10:13).
Oremos para que el Señor nos ayude a honrarle por la forma en la que hablamos.
Acerca de este Plan
Callar o hablar, una de las decisiones más importantes que tomamos a diario. La sabiduría, la prudencia, el buen sentido son virtudes que necesitamos para hablar como conviene cuando conviene. La Palabra de Dios y el Espíritu Santo nos ayudan para que los dichos de nuestra boca sean gratos delante del Señor. En este plan la Palabra nos aconseja acerca del don del buen hablar.
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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://facebook.com/GrettchenStage