Ellas: Discípulas De JesúsMuestra

Hoy quiero rescatar el nombre de una mujer de influencia en la vida religiosa de la época en la que nació Jesús. Ella es Elisabet, parienta de María, y, por lo tanto, de Jesús, que además era esposa del sacerdote Zacarías, y también era una de las descendientes de Aarón. Ella fue escogida para engendrar y criar a Juan el Bautista, aquel que había de preparar el camino al Señor Jesús, y así lo hizo. Elisabet y su marido, siendo ya ancianos, y ella, además, estéril, fue en quien Dios se fijó para hacer el primer milagro que preparaba la llegada del Mesías.

A lo largo del Antiguo Testamento vemos ejemplos de distintas mujeres, esposas de grandes líderes y profetas, que tenían una condición vergonzosa y humillante para cualquier mujer, mucho más para ellas, con cierta posición social y de quienes se esperaba descendencia como un suceso importante. Elisabet cierra el círculo de las mujeres estériles a las que Dios concedió un hijo en edad ya avanzada, cuando era aún más difícil concebir, y no cualquier hijo, el último profeta antes de Jesús.

No sabemos si algunos de los esposos de esa lista de mujeres también eran estériles, ya que hoy en día, con el avance de la ciencia, sabemos que la esterilidad puede afectar a ambos sexos, sin embargo, durante siglos de historia, la «causa» por así decirlo, se le ha atribuido siempre a la mujer. Y aun así, Dios ha ido tras cada una de esas mujeres señaladas, y ha hecho un milagro en ellas, no solo borrando esa marca de culpa e incapacidad, sino también, sanando el corazón de esas mujeres que anhelaban ser madres y concediéndoles lo que pedían. Se entiende de cada uno de estos actos, primero, que Dios es soberano sobre nuestras vidas y aun sobre nuestros cuerpos, y nuestra salud y fertilidad, en este caso. Pero también entendemos que las oraciones de esas mujeres, junto a sus maridos eran atendidas y contestadas por Dios. Así que, Dios escucha a sus hijas. Y en este caso, Elisabet nos enseña, en contra de la corriente de esta era, que la maternidad es un regalo de Dios, y además, un ministerio relevante.

Si eres madre o tienes a una cerca, recuerda que Jesús también usa la maternidad para anunciar el Evangelio, y aun aquellos aspectos que, como mujeres, nos avergüenzan, Dios, una vez más, los usa para su gloria. Así que hoy te animo a que puedas recordarles a todas esas mamás que tienes cerca, la importante labor que Dios les ha concedido, y se preparen, capaciten y tomen la importancia de esta tarea.