Cada corazón anhelanteMuestra

Astrónomos paganos listos para adorar

Cuando los sabios y su caballería llegaron a Jerusalén, causaron un gran revuelo. Era difícil pasar por alto a los elegantes extranjeros mientras deambulaban por los mercados buscando el paradero de un Rey recién nacido.

Todos, desde los vendedores de frutas hasta los principales sacerdotes, se encogieron de hombros con indiferencia. Qué extraño les debió parecer que el pueblo donde había nacido el Rey, no supiera dónde estaba ni parecía esperarlo. ¿No conocían sus propias Escrituras?

Casi 600 años antes, mientras vivía en el cautiverio babilónico, Daniel predijo el momento de la llegada del Mesías. Sus profecías habían captado el interés de los sabios que habían calculado cuidadosamente, a través de las estrellas, la esperada llegada del Mesías.

Durante cientos de años, habían esperado. Cuando apareció la estrella, supieron que había llegado el momento. Cargaron sus camellos con regalos y partieron en busca del recién nacido Rey.

Los sabios o magos, eran una tribu sacerdotal pagana del reino de los medos y persas. No sólo estudiaron astronomía y astrología, sino que también ejercieron un tremendo poder político. Conocidos como los “hacedores de reyes” de la época, ningún rey persa era legítimo a menos que los magos lo hubieran coronado. Los coronadores de reyes tenían la misión de coronar al Rey de reyes.

Así que mientras Israel dormía espiritualmente, los magos esperaban expectantes a su Mesías. No sabiendo dónde encontrarlo, fueron a Jerusalén y allí preguntaron por Él.

Si no estás seguro de que el bebé en el pesebre es el Rey del Mundo, te invito a hacer lo que hicieron los sabios y buscarlo. Él no se esconde y promete ser encontrado cuando lo busquemos con todo nuestro corazón. Abre la Palabra de Dios y comienza a leer. Cuando lo hagas, responderás como los hombres sabios que estaban convencidos de haber encontrado al Rey y se postraron a sus pies en adoración. Él es el anhelo de todo corazón humano. Los sabios lo buscan y lo adoran. ¿Y tú?

• ¿Te sorprende que los paganos estuvieran más ansiosos por adorar al Rey Jesús que los judíos religiosos? ¿Por qué sí o por qué no?
• Los hombres sabios gastaron grandes recursos (tanto tiempo como dinero) para encontrar respuestas a sus preguntas sobre el Rey y su estrella. ¿Cómo puedes buscar con entusiasmo respuestas a tus preguntas sobre Él?
• A la luz de esto, ¿qué te está llamando Dios a hacer?