Cada corazón anhelanteMuestra

Primeros testigos insólitos y su mayor alegría

Había sido una noche como mil otras noches. Un grupo de pastores se reunió alrededor del resplandor de la fogata para contar historias y cantar canciones. Pero de repente, el cielo se abrió y la gloria resplandeciente de un ángel cegó sus ojos y llenó sus corazones de terror.

Rodeados por la gloria del Señor, los pastores vieron un ángel (probablemente Gabriel) anunciando las buenas nuevas del nacimiento de Cristo, seguido por cientos de miles de ángeles cantando alabanzas a Dios. Toda la escena era como una cortina que se había descorrido lo suficiente como para darles a los pastores una visión del continuo concierto de adoración del cielo.

Pero de todas las personas a las que se le pudo haber hecho este anuncio celestial, ¿por qué les fue dado primero a un grupo de humildes pastores?

Dios siempre ha tenido debilidad por los pastores. El rey más grande de Israel, David era pastor y Moisés sirvió a su suegro como pastor. A pesar de los grandes nombres en sus filas, los pastores estaban en lo más bajo de la escala social. Su trabajo los hacía ceremonialmente impuros y no podían participar en los rituales del judaísmo.

Sin embargo, Dios reveló una novedosa y buena noticia a estos anónimos y tal vez devotos pastores. Esta historia está llena de contrastes e ironía. Una noche oscura y estrellada, invadida por una cegadora y gloriosa luz. Hombres horrorizados frente a una multitud de jubilosos ángeles. Sencillos pastores transformados en evangelistas. Lo más irónico de todo es que los pastores probablemente estaban cuidando un rebaño de futuros corderos para el sacrificio, ya que el Cordero de Dios nació en un pesebre cercano. En su prisa por ver al Niño, ¿podrían haber sabido que estaban contemplando el último cordero del sacrificio: el Cordero de Dios?

El hecho de que Dios compartiera las buenas nuevas primeramente con los pastores es, en sí mismo, una buena noticia. No muchos de nosotros somos sabios, poderosos o de nacimiento noble según los estándares mundanos. Dios elige lo insensato del mundo para confundir a los sabios. Si ser contado entre lo insensato del mundo te permite tener un asiento en primera fila para presenciar la mayor noticia jamás anunciada, ¡registrémonos! El anuncio angelical estaba destinado a brindarles una gran alegría, y hoy pretende brindarte lo mismo. ¡Ha nacido el Salvador! Esta buena noticia nos trae la mayor alegría, ahora y siempre.

• ¿De qué manera me llama Dios a pensar diferente sobre cómo veo a los demás?
• ¿Cómo me guía Dios a pensar diferente sobre la forma en que me veo a mí mismo?
• ¿Cómo impacta este anuncio angelical en mi alegría del día a día?